Sao Paulo.

Luiz Inacio Lula da Silva, presidente de Brasil entre 2003 y 2010, afirmó este sábado, durante un discurso en el velorio de su esposa, Marisa Leticia Rocco, que ella “murió triste por los canallas, la imbecilidad y las maldades que le hicieron.

Tengo 71 años y voy a vivir mucho, espero, y quiero lograr que los criminales que dijeron ligerezas contra Marisa tengan la humildad de ofrecerle disculpas, expresó el ex sindicalista y líder del izquierdista Partido de los Trabajadores en la sala fúnebre del sindicato metalúrgico del ABC, en la región industrial de Sao Paulo.

Marisa Rocco falleció a los 66 años en el hospital Sirio Libanés de Sao Paulo, luego de haber sufrido un accidente cerebrovascular el pasado 24 de enero. El nosocomio oficializó su muerte el viernes, tras haberle diagnosticado ausencia de flujo cerebral el jueves.

El ex mandatario se casó con Rocco en 1974, después de que ambos quedaron viudos en sus primeros matrimonios. Él la conoció en el sindicato metalúrgico paulista y juntos tuvieron tres hijos, pero ambos contaban, uno cada quien, de sus relaciones anteriores.

En un sentido discurso, Lula manifestó: Si alguien tiene miedo de ir preso, quiero decir que éste, quien está enterrando a su mujer, no es. No soy yo quien tiene que probar que soy inocente. Son ellos quienes tienen que probar las mentiras que dicen. Querida Marisa, descansa en paz porque tu Lulita paz y amor va a continuar peleando mucho.

Desde que comenzó la investigación conocida como Lavado rápido, sobre el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil en la estatal petrolera Petrobras, la imagen de Marisa Leticia había resultado afectada.

Lula enfrenta cinco acusaciones ligadas a ese escándalo de corrupción, algunas de las cuales involucraban a su difunta esposa. Juntos estaban imputados de corrupción pasiva y lavado de dinero. Entre otros cargos, la justicia considera que la pareja aceptó de una empresa un apartamento renovado en el litoral de Sao Paulo a cambio de un trato favorecedor para la compañía en sus negocios con Petrobras.

Lula, una de las grandes figuras políticas de Brasil, debe ir pronto a juicio, pese a lo cual ha sugerido en varias ocasiones que podría presentarse a las elecciones de 2018.