Con poco personal, la Comar logra atender una avalancha de peticiones de protección
Su presupuesto no rebasa $25 millones y los gasta básicamente en el pago de nómina
Sábado 4 de febrero de 2017, p. 8
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) es una de las instancias más pequeñas y con menor presupuesto de la Secretaría de Gobernación (SG). Sin embargo, las solicitudes que ha atendido se han multiplicado exponencialmente (700 por ciento más) al pasar de mil 296 al inicio de este sexenio a 8 mil 781 durante el año pasado.
En 2017, aun con un leve incremento, su bolsa presupuestal no rebasa 25 millones de pesos, destinados básicamente para el pago de su nómina.
En esa circunstancia debe analizar a fondo las solicitudes de miles de migrantes, en una dinámica de aumento de peticiones de quienes buscan la protección del Estado mexicano.
Especialistas en la materia han advertido, como hizo esta semana un colectivo de más de 100 organizaciones y académicos, la necesidad de que el país aplique un plan extraordinario para brindar solidaridad a migrantes que serán afectados por las políticas del nuevo presidente de Estados Unidos, así como de apoyo a los paisanos deportados de ese país.
Las estadísticas oficiales de la Comar muestran un aumento de tareas prácticamente con el mismo personal y recursos (el año pasado se informó que contaban con menos de una veintena de agentes para entrevistas a migrantes).
Un reciente respiro en esa materia no provino del gobierno federal, sino del auspicio para la contratación de 29 personas, programa impulsado sustancialmente por la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
En 2013 la Comar recibió mil 296 solicitudes; si bien muchos aspirantes se quedan en el camino, ya sea porque abandonan o se desisten del trámite, de 846 que lo concluyeron fueron reconocidos como refugiados sólo 280. Adicionalmente 33 recibieron protección complementaria, esto es, un derivado de apoyo del gobierno mexicano.
De este grupo, 110 son hondureños; 97 de El Salvador, 14 de Nigeria y 11 de Siria. Del resto de los ciudadanos originarios de 44 naciones, la autorización fue mínima.
En 2014 ya se percibía el aumento de peticiones y de resoluciones en favor (2 mil 137, contra 460 reconocimientos).
Para 2015, la relación fue de 3 mil 424 solicitudes por 949 reconocimientos.
Un año después, hubo casi 9 mil solicitudes, en los que igualmente los centroamericanos, venezolanos y colombianos presentaron la mayoría de éstas. Al final, la Comar dio respuesta positiva a 2 mil 563 extranjeros quienes pidieron no ser repatriados porque su vida está en peligro en sus lugares de procedencia.
En el camino quedaron mil 769 que abandonaron el trámite y 304 se desistieron. Además, casi medio millar recibió protección complementaria y de mil 883 su solicitud está en trámite, de acuerdo con la información pública más reciente de esa comisión.
Entre los solicitantes se cuentan 242 menores, principalmente de Honduras, El Salvador y Guatemala.
A pesar de que desde el año pasado se registra un flujo extraordinario de haitianos y africanos que intentan cruzar a Estados Unidos, la estadística de refugio de estas regiones no es significativa; sólo 12 haitianos concluyeron el trámite y de africanos son también números de un dígito.