La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) emitió la convocatoria para elegir a la persona que ocupará la dirección de la Facultad de Filosofía y Letras en el periodo 2017-2021, luego de que la historiadora Gloria Villegas terminó su gestión al frente de dicho centro académico.

Mediante un anuncio publicado en la Gaceta UNAM, la máxima casa de estudios informó que del 30 de enero al 10 de febrero de este año es el periodo en que la comunidad puede enviar propuestas de los académicos que aspiran a dicho cargo, en los términos que establece el artículo 39 del Estatuto General de la Universidad.

Fuentes cercanas al proceso indicaron en entrevista que en muchos sectores hay inquietud por la decisión que tome el rector Enrique Graue al designar una terna para ese puesto, ya que durante los ocho años que permaneció Villegas al frente de la Facultad de Filosofía y Letras sus relaciones con otros sectores se caracterizaron por ser tensas.

Profundo deterioro

En los pasados ocho años (cuatro del primer periodo de Villegas y cuatro por relección) se pudo observar un profundo deterioro de la facultad y del lugar que ésta tenía en el debate nacional con relación a las humanidades y a los grandes problemas de México, consideró un académico que pidió el anonimato.

La administración de Villegas tuvo claroscuros, que en su mayoría fueron grises. Hay un descuido de las instalaciones, de la vida académica y colegiada, problemas permanentes con cuestiones sindicales no resueltas, un uso discrecional de los recursos y una permanente confrontación con el Consejo Técnico, añadió.

Entre los posibles aspirantes al cargo –de acuerdo con personas que siguen el tema– está Jorge Linares, director del Programa Universitario de Bioética; Josefina MacGregor, integrante distinguida del Colegio de Historia; los consejeros universitarios Ricardo García y Rafael Guevara Fefer; Carlos Oliva, académico del Colegio de Filosofía, y los que salgan esta semana.

La prioridad de quien ocupe la dirección de dicha facultad, indicaron, debe ser: redefinir las líneas académicas. Además, tiene que ser sensible ante las inquietudes políticas de los estudiantes, pues es necesario estar abierto al diálogo y tener capacidad para hacer propuestas a los jóvenes.