Nueva York.

El gobierno de Donald Trump prepara medidas contra el mundo musulmán dentro y fuera de Estados Unidos y estudia resucitar prácticas controvertidas, incluyendo el uso de tortura, la detención clandestina y el campo de concentración en Guantánamo, aplicadas por el gobierno de George W. Bush en la llamada guerra antiterrorista.

A la vez, por su instrumento favorito de comunicación, el Twitter, comunicó que ordenará una investigación sobre el supuesto fraude electoral cometido por inmigrantes que, insiste, lo privó de un triunfo en el voto popular.

Esta semana, después de anunciar medidas para controlar la migración indocumentada bajo el marco de seguridad nacional, Trump prepara más órdenes ejecutivas para limitar severamente y hasta suspender temporalmente el flujo de refugiados a Estados Unidos. Esto podría incluir una prohibición sobre personas que llegan de países de mayoría musulmana.

Según algunas versiones, se podría ordenar la suspensión de visas para los solicitantes de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen, todos países mayoritariamente musulmanes.

Y su gobierno está evaluando nuevas medidas e iniciativas bajo el rubro de la guerra antiterrorista, incluyendo el uso de la tortura, al prometer que librará una guerra contra el Estado Islámico y otros enemigos con la prioridad de mantener seguro a Estados Unidos.

Hay que combatir el fuego con fuego

Hoy declaró, en una entrevista con ABC News, que la tortura funciona, al responder sobre el uso de técnicas como el waterboarding (técnica prohibida por el presidente Barack Obama y calificada de tortura por la Organización de Naciones Unidas y agrupaciones de derechos humanos). Trump dijo que hay que combatir el fuego con fuego, al indicar las atrocidades de islámicos radicales contra cristianos y otros. Más aún, dijo que había preguntado recientemente a varios altos funcionarios si la tortura funciona, y la respuesta fue sí, absolutamente.

Al filtrarse los detalles, varios legisladores de ambos partidos advirtieron que se opondrán a cualquier uso de técnicas de interrogación consideradas tortura. El senador republicano John McCAin, veterano de guerra y víctima de tortura, afirmó que Trump puede firmar todas las órdenes que quiera, pero la ley es ley: no vamos a traer de vuelta la tortura en Estados Unidos.

Dentro de borradores de las órdenes ejecutivas que fueron obtenidos por Ap y otros medios, también se están contemplando instrucciones al Pentágono para enviar combatientes enemigos a Guantánamo y el uso de los sitios clandestinos de detención operados por la CIA en varias partes del mundo.

Por otro lado, después de un par de tuits presidenciales anunciando una investigación mayor sobre el fraude electoral, el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, indicó que el propósito será entender dónde existe el problema, qué tan profundo es, sin ampliar más. El problema es que existe nula evidencia del tipo de fraude electoral que repetidamente ha acusado Trump: millones de indocumentados votando ilegalmente. Hoy Spicer agregó otras categorías: difuntos en el padrón y los empadronados en diferentes estados.

Mientras el gobierno de Trump acelera el torrente de órdenes ejecutivas sobre migración, la guerra contra el terror y más, diversas organizaciones también expresan que enfrentarán ferozmente lo que consideran ataques contra sus comunidades, los derechos y libertades civiles y sobre el planeta mismo.

Organizaciones de defensa de las comunidades inmigrantes y musulmanas realizaron un par de manifestaciones de miles en Nueva York y otras ciudades ante la amenaza de las propuestas de Trump, y se profundizan alianzas entre diversas comunidades inmigrantes a lo largo y ancho del país que han prometido intensificar su resistencia.

En Washington, Greenpeace logró colgar de manera espectacular un banner gigante desde una grúa de construcción a unas cuadras de la Casa Blanca que simplemente dice Resist (Resiste).

Anoche, en varias ciudades se realizaron manifestaciones de emergencia con miles de participantes en reacción a la renovación por Trump de los proyectos de oleoductos.

Cada día aparecen nuevas iniciativas de agrupaciones liberales y progresistas que preparan desde acciones de protesta hasta estrategias electorales ante el régimen de Trump. El martes, por ejemplo, una 10 mil personas participaron en 200 acciones a lo largo del país al presentarse en las oficinas distritales de sus senadores para exigir que no ratifiquen el gabinete de multimillonarios, racistas y anti ambientalistas, parte de un nuevo esfuerzo de acciones semanales coordinadas y bautizadas como Resist Trump Tuesday (martes de resistencia a Trump”) promovidas por el Working Families Party, moveon.org y otros.