La competencia con las importaciones de carne, cuyo precio ha bajado a nivel internacional, ha impedido que los productores nacionales incrementen el precio de sus productos en el mercado nacional pese al gasolinazo, pero lo compensan con las exportaciones que el año pasado crecieron hasta 14.3 por ciento, aseguró Rogelio Pérez Sánchez, director de Mexican Beef, que aglutina empresas productoras y exportadoras de carne que operan en el país.

Tenemos un tipo de cambio que nos favorece en la exportación, y cerramos 2016 con un volumen de 194 mil toneladas y un valor de mil 140 millones de dólares, con ventas a 14 países, principalmente Estados Unidos, que concentra 90 por ciento de las exportaciones de carne de México, comentó en entrevista.

Previó que este año las exportaciones tendrán un crecimiento de entre 7 y 8 por ciento.

Puntualizó que ello no significa que la carne no se haya encarecido por el gasolinazo, pero indicó que el aumento se ha dado en otros eslabones de la cadena alimentaria hasta llegar a los consumidores finales, aunque tampoco descartó que se haga un ajuste por el encarecimiento de los insumos.

El precio del bistec, la presentación de carne de res más consumida en el país, se ha mantenido estable en lo que va de enero, aseguró el domingo pasado Ernesto Nemer, titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco). El kilo de bistec de diezmillo o de espaldilla se vende entre 120 y 150 pesos, mientras la chuleta de res se comercializa hasta en 209 pesos y la de cerdo en 92, la carne para asar en 160 pesos, la molida de cerdo en 90, el pollo en piezas alcanza un precio máximo de 60 pesos y la pechuga de 90.

Desde luego que hemos tenido un impacto por el tema del transporte, pero resulta menor entre todos los costos de producción. De alguna manera hemos podido amortizarlo por las exportaciones, indicó Rogelio Pérez.

Puntualizó que el precio de la carne de res no lo ponemos nosotros como productores, se determina a nivel internacional, entonces aun cuando haya alzas o bajas de precios, simplemente no podemos mover nuestros precios con base en nuestros costos de producción. Además, el precio de la carne a nivel internacional y la que se importa a México ha bajado hasta 22 por ciento desde 2015, por lo que estamos ante una situación que nos pone a competir para ser más eficientes. Es una baja importante, pero se ve compensada por el tipo de cambio, dijo.

En el caso del pollo indicó que se ha abaratado 5 por ciento, pero la carne de cerdo se ha incrementado.

El empresario desestimó que el sector cárnico pueda resultar afectado por el gobierno de Estados Unidos, pues aseguró que el presidente Donald Trump no se ha manifestado por impedir las compras de carne mexicana o por imponerles aranceles altos, como sí ha hecho con otras ramas productivas, al tiempo que explicó que las industrias cárnicas de ambos países son complementarias.

De cualquier manera indicó que los empresarios del sector ya fueron convocados por la Secretaría de Economía para participar en las mesas de trabajo que se están integrando con el sector privado ante la renegociación del Tratado de Libre Comercio para América Latina.

Por otro lado, sostuvo que los productores de carne han diversificado el destino de sus exportaciones, al grado de que recientemente seis empresas mexicanas lograron la certificación que se requiere para introducir sus productos a países asiáticos y se prevé que pueden exportar inicialmente 20 mil toneladas.