Recibir el PND, un sueño cumplido, indica el clavadista
sí se puedees una forma de vida, asegura Germán Sánchez
Su entrenador, Iván Bautista, como un segundo padre para el jalisciense
Martes 24 de enero de 2017, p. a12
El sargento segundo del Estado Mayor Presidencial Germán Saúl Sánchez Sánchez se muestra orgulloso de recibir este día el Premio Nacional de Deportes (PND) porque hace muchos años, cuando apenas se iniciaba en los clavados, le gustaba cerrar los ojos e imaginarse ¡qué padre ha de sentirse ganar ese premio!
Ahora, gracias a la medalla olímpica de plata obtenida en Río 2016, hace realidad otro sueño.
Con el brazo derecho reposado en un cabestrillo, en plena recuperación luego de ser operado en Nueva York de una severa lesión, que sólo lo hizo pausar unas semanas su entrenamiento, el doble medallista sonríe al platicar que el máximo galardón al que puede aspirar un atleta en México es un reconocimiento al esfuerzo hecho y lo recibe con modestia, pero con compromiso de mejorar y ayudar al país.
De excelente humor, con la sonrisa dispuesta y de palabra amable, el nacido en Jalisco sabe que se ha vuelto ejemplo de que, cuando se trabaja con ahínco y disciplina, “el ‘sí se puede’ se convierte en una forma de vida, en una razón para esforzarse cada día al máximo, porque el premio que se obtiene es mucho mayor a todo lo que se hace en lo individual”.
Sánchez recuerda que cuando le dieron la instrucción militar del saludo, le hicieron hincapié en la forma de realizarlo: la mano derecha abierta, la palma extendida y en un firme movimiento colocarla en un ángulo de 45 grados sobre la parte derecha de la frente. Si te equivocas, te costará, ¡eh!
, le advirtieron. Por eso no piensa hacerlo mal.
Porta con gallardía el uniforme de militar, porque yo sí que me la creo. Me transformo al dejar mi ropa de civil y llevarlo puesto. Hasta como que me pongo más erguido, derechito, porque ese debe ser el comportamiento de quien pertenece a las fuerzas armadas, a esta institución
, narra casi con toque marcial.
Sabe que como miembro del Ejército tiene grandes ventajas aparte del apoyo que recibe en lo económico, como ayuda en diferentes situaciones dentro del deporte y más allá de su vida activa, ya que al término de su carrera deportiva –que espera tarde un buen rato– puede integrarse a alguna otra actividad dentro de las fuerzas armadas.
Para él, los clavados son un deporte muy celoso, porque apenas le dejan tiempo para disfrutar de su familia, de sus amigos. Son horas de ensayo y acierto. Subir la escaleras, concentrarse, volar apenas unos segundos y recibir “las palabras fuertes del Profe (Iván Bautista)”, de quien no tiene duda es el mejor entrenador de clavados de México.
“El Profe Iván es como un segundo padre. Nos habla fuerte, nos llama la atención, pero como un buen padre, tiene ese ‘don’ de ayudarte sin que te sientas mal; por el contrario, te hace reflexionar y que te apures para hacerlo bien”, platica con amor filial.
Agradecido, por ser una norma de vida que aprendió de su papá Germán Sánchez y de su mamá Leticia Sánchez, el apodado Duva se siente feliz por trabajar bajo las severas instrucciones de Bautista y al lado de Iván García, con quien conquistó su primera medalla olímpica en sincronizados, porque no sólo ha aprendido todo lo que sabe, sino que es como tener una segunda familia.
Le gusta la música de banda y el reguetón. No es nada especial para la comida, pues lo mismo disfruta de una buena ensalada que de un platillo condimentado.
Para lo que sí es especial es para la lectura. Prefiere las narraciones de vivencias a las novelas, porque de esta forma conoce lo que mucha otra gente ha hecho para ayudar a los demás.
Próximo a cumplir 25 años, el multipremiado deportista de 1.67 metros de estatura y 44 kilogramos de peso en promedio se siente privilegiado por conocer casi todo el mundo. Sólo me hace falta visitar el continente africano
, revela.
Al también fanático de la lucha libre le gustaría dejar huella profunda en su deporte y ser inspiración para que miles de niños se vuelvan atletas.