En la víspera del arribo de Donald Trump a la Casa Blanca, el presidente Enrique Peña Nieto ratificó su interés por construir una ‘‘relación positiva’’ con el gobierno entrante de Estados Unidos y de nuevo definió su principal ocupación en ese vínculo bilateral: ‘‘Velar por los intereses de México’’ en los distintos ámbitos.

Se mantendrá atento –dijo– a cómo se perfile la nueva administración en Washington para ‘‘fijar puntualmente la posición de México’’ y construir la relación con el gobierno del republicano. Dicha postura, puntualizó el mandatario, ‘‘empezará a trabajarse a partir del día de mañana (hoy)’’.

En Los Pinos, donde momentos antes había hecho algunos anuncios en materia educativa, el presidente Peña respondió brevemente a interrogantes sobre la llegada al poder de Trump, de cuya política hacia México las expectativas no son nada halagüeñas, porque ha reiterado su determinación de construir un muro en la frontera sur de su país e insiste en presionar a diversas firmas a retirar o cancelar inversiones del territorio nacional o castigar las ventas de aquéllas a Estados Unidos con altos gravámenes.

Peña Nieto y Trump se entrevistaron en Los Pinos el 31 de agosto de 2016, a invitación del gobierno mexicano. Ayer, y como lo hiciera la semana pasada ante el cuerpo diplomático, el mandatario insistió en la entrevista en la importancia de ver en la agenda con Estados Unidos más allá de los temas económicos y de migración e incluir el tráfico de armas y de dinero en efectivo desde aquel país, ‘‘que está alimentando a los cárteles’’ mexicanos.

Si bien no ubicó vínculo entre el arma usada por el estudiante de Monterrey que disparó el miércoles en su salón de clases y las armas que llegan de contrabando, insistió, éstas son ‘‘de alto calibre, letales, las ocupan los grupos delincuenciales en un fenómeno que hace corresponsables a los dos gobiernos’’.