Arterias engrosadas y duras que los ponen en riesgo de padecer infartos
Miércoles 18 de enero de 2017, p. 35
Los niños con obesidad tienen un daño cardiovascular parecido al de los adultos que también padecen ese problema, es decir, arterias engrosadas y duras que los ponen en riesgo de padecer infartos y eventos cerebrovasculares. Así lo confirmó una investigación realizada en el Hospital General de México entre los infantes que desde 2010 han sido atendidos en la Clínica de Atención al Paciente con Diabetes y Obesidad.
Nayeli Garibay, endocrinóloga pediatra, detalló que al comparar esos resultados con estudios de otros países, encontró que el grosor de la arteria carótida de los niños mexicanos con obesidad es del doble y muy parecida al de los adultos con ese padecimiento.
En conferencia de prensa, la especialista señaló que durante los pasados siete años han recibido alrededor de 2 mil niños con sobrepeso y obesidad, de los cuales 90 por ciento tenía una cintura de más de 75 centímetros, 40 por ciento ha reportado niveles elevados de triglicéridos, 20 por ciento tuvo datos de hipertensión arterial, y la glucosa alta en ayuno estaba presente en 10 por ciento del total.
La presencia de dos o tres de estos indicadores alterados corresponde con un diagnóstico de síndrome metabólico, presente en 60 por ciento de los pacientes. Significa, indicó, que tienen los factores que aumentan 11 veces la probabilidad de desarrollar diabetes en la edad adulta, en específico a partir de los 25 años.
Respecto del daño cardiovascular, la especialista mencionó que el engrosamiento o rigidez de la arteria carótida se relaciona con una afectación del corazón, es indicativo de que la persona padece arterioesclerosis y también puede revelar un daño en las arterias coronarias.
La siguiente etapa del trabajo de investigación de los especialistas del Hospital General de México será evaluar si ese daño cardiovascular se revierte con intervenciones específicas que promueven estilos de vida saludables para que los niños se alimenten de manera adecuada y realicen actividad física de manera estructurada.
La especialista reconoció la dificultad de lograr que las personas en general bajen de peso, pero lograr que modifiquen su estilo de vida representa un avance fundamental.
Advirtió que el sobrepeso y la obesidad es un problema complejo que en no pocas ocasiones involucra a otros miembros de la familia, principalmente a papá y mamá. De por sí los mexicanos tenemos un riesgo genético aumentado de presentar esta condición física, incluso si desde el embarazo la mujer tiene exceso de peso corporal. El bebé nace con mayor probabilidad de tener sobrepeso a los dos años de edad.
También los bebés que nacen con bajo peso y se les sobrealimenta corren el riesgo de llegar a la condición de sobrepeso a los dos años de edad, indicó.