Desnudarnos para entendernos, destruirnos para construirnos de nuevo: esa es la dinámica de El ventrílocuo, obra de teatro escrita por Larry Tremblay, traducida por Boris  Schoemann y dirigida por Adrián Vázquez, que inicia su nueva temporada del 20 de enero al 5 de febrero en el teatro Julio Prieto, antes Xola.

La obra se vuelve una parodia del sicoanálisis, cuyo propósito es quitar máscaras, como una estructura de capas de cebolla. Mediante dicha progresión, la unicidad del ser, el alma, queda al descubierto, desnuda.

De principio, la anécdota parece sencilla; presenta las diversas situaciones que debe superar una adolescente cuya meta es ser escritora y crear la más bella novela del mundo, pero conforme la trama avanza la historia se complica al poner un relato dentro de otro y este, a su vez, en otro y así sucesivamente, para dejar que el espectador descubra diversos personajes y realidades imaginarias que se hacen posibles. El ventrílocuo hará que todos se cuestionen qué es real y qué no, una ilusión similar a la que un ventrílocuo crea con su muñeco.

Escena de la obra, que de manera cruda y divertida se vuelve una parodia del sicoanálisisFoto cortesía de la producción

El concepto de la puesta se reconoce por una estética de la pulcritud, la limpieza escénica y actoral, acompañada de la iluminación, multimedia y recursos esenotécnicos necesarios para lograr una propuesta equilibrada entre la forma y el contenido.

Estefanía Ahumada y Rafael Balderas serán los encargados de sumergirnos en este juego escénico y sicológico, donde se exponen de manera cruda y diverti- da las relaciones codependientes, la sumisión, el incesto y las crisis existenciales que de vez en cuando tiene el ser pensante.

El ventrílocuo se presentará los viernes, 20:30; sábados, 18:30 y 20:30, y domingos a las 18 horas. Teatro Julio Prieto (Av. Xola 809, colonia Del Valle). Los boletos tienen un costo de 200 pesos y se adquieren en la taquilla del lugar y en Ticketmaster.