La capital del país carece de estudios sobre las secuelas del impacto del ruido ambiental en los habitantes para emprender planes y acciones concretos, no obstante que la contaminación acústica afecta el bienestar físico, social y mental, por lo que representa un problema grave de salud pública.

En el artículo La contaminación acústica y su impacto en el espacio urbano de la Ciudad de México, que publica Cuadernos Universitarios de Sustentabilidad, editado por la unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana, se indica que la polución del aire, que tanto afecta a la población, es una de las consecuencias de la urbanización, de las actividades cotidianas de la ciudad y del progreso tecnológico descuidado.

Las principales afectaciones, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, son: molestia por ruido, tinnitus –personas que escuchan sonidos internos, ya sea ronroneo, zumbido o gis, los cuales llegan a percibirse en la cabeza, sin la existencia de una fuente sonora que los provoque; se atribuye a una exposición excesiva al ruido– y perturbación del sueño.

También provoca discapacidad cognitiva a niños –impacta el aprendizaje y la memoria– y enfermedades cardiovasculares que pueden derivar en infarto al miocardio.

El autor del documento, Fausto Rodríguez, profesor e investigador de dicha casa de estudios, afirma que toca a las autoridades enfrentar el problema desde varios ángulos, entre ellos la realización de un diagnóstico profundo del problema con apoyo de mapas de ruido, que ya se han iniciado con la vinculación del sector académico.