Mejorar la calidad del aire por la contaminación, problema ambiental en 67 cuencas atmosféricas del país, evitaría pérdidas económicas a causa de enfermedades ocasionadas por ese fenómeno, que equivalen a 577 mil 698 millones de pesos, 3.2 por ciento del producto interno bruto. Eso significa casi 17 veces el presupuesto de 2017 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), que asciende a 35 mil millones de pesos.

Así lo sostiene la propuesta de Estrategia Nacional de Calidad del Aire 2017-2030 de la Semarnat, que se presenta como instrumento rector de planeación con acciones para controlar, mitigar y prevenir la emisión y concentración de contaminantes. Es una de las medidas gubernamentales que fueron anunciadas en julio de 2016 para atacar ese problema.

Plantea que se deben reorientar las prioridades de la planeación urbana para desarrollar ciudades sustentables, emigrar hacia el uso de energías limpias y renovables, y contar con un parque vehicular con nuevas tecnologías. Señala que las 67 cuencas atmosféricas deben ser atendidas por los ProAire, de los cuales hay 13 vigentes y siete están por ser concluidos.

Las leyes relacionadas con el tema, sostiene, deben ser actualizadas. Además, hay que promover una legislación específica en la materia y crear un programa especial sobre la calidad del aire. En cuanto a las estaciones de monitoreo, apunta, muchas carecen de información suficiente. Con cinco ejes, propone que la gestión sobre calidad del aire no sólo la atiendan las autoridades ambientales, sino también otras instituciones y los tres órdenes de gobierno.

Advierte que el tiempo que la gente pasa expuesta a los contaminantes, lo que, aunado a patrones de conducta y microambientes en el hogar o el trabajo, son factores que pueden provocar enfermedades y muertes prematuras. Recuerda que el Centro Mario Molina ha advertido que uno de los primeros 15 factores de riesgo a la salud en México es la exposición a concentraciones excesivas de contaminantes en el aire.

Un estudio comparativo del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático revela que en la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, si se aplicaran los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dejarían de morir prematuramente 2 mil 170 personas, mientras con los estándares de las normas oficiales mexicanas serían mil 317.

Presenta diferentes estimaciones sobre los impactos económicos que ocasiona dicho problema. En el caso de las afectaciones a la salud asociadas con la contaminación atmosférica, además de que incrementan el ausentismo y las incapacidades laborales, ocasionan gastos en medicinas y consultas de las familias, entre otros, por lo que su impacto financiero es importante.

Si México ajustara los niveles de concentración de contaminantes a los recomendados por la OMS, subraya, los ahorros serían significativos. Sólo la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey economizarían 18 mil millones de pesos, mientras el Centro Mario Molina indica que serían 37 mil millones si se evitara la mortalidad prematura adulta asociada con las partículas finas que hay en el aire.

El problema de la contaminación del aire es tal, que sólo en 2014 el límite normado de partículas suspendidas se excedió en Ciudad Juárez, Monterrey, zona metropolitana de Guadalajara, Toluca, Celaya, Torreón y Ciudad Victoria, entre otras. Ese año el ozono rebasó su límite (de una hora o de ocho horas) en Irapuato, Pachuca, Cuernavaca, zonas metropolitanas del valle de México, Monterrey, Guadalajara y Toluca, así como en Minatitlán.