El secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, destacó que el gobierno federal redujo de 4.28 a 3.16 pesos por litro en gasolinas y diésel, por concepto de impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS).

Esa reducción, indicó, obedece al estímulo fiscal que dictó el presidente Enrique Peña Nieto justamente para atemperar el incremento que vino de fuera.

En San Lázaro, donde acudió a explicar las implicaciones de la liberación del precios de gasolinas y diésel –junto al secretario de Energía y los titulares de las comisiones de Competencia Económica y Reguladora Energía, y de la Profeco–, Meade precisó que la gasolina no subió producto de las reformas energética y hacendaria, sino por el alza internacional del petróleo y en el valor del tipo de cambio.

Entonces ponderó el esfuerzo gubernamental: “El IEPS este año debió haber sido cercano a 4.28 pesos por litro, y habrá de ser de 3.16… Hubo una reducción importante en el impuesto por la vía de un estímulo fiscal, siendo ese uno de los elementos que el gobierno puede, efectivamente, controlar. Se hizo un esfuerzo de reducir el impuesto en el margen que se tiene desde el gobierno; haber ido más lejos hubiera implicado recurrir a más deuda o a más impuestos”.

El titular de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, adelantó que en México se está formando un mercado de gasolinas robusto y competitivo donde los consumidores tendrán opciones de marcas a través de un mercado privado, paralelo a Pemex.

Se espera que como resultado de esta política construyamos otro tanto de la infraestructura de almacenamiento actual. Es así como estamos ante el nacimiento de un nuevo sistema privado de depósito y transporte de combustibles, regulado por el Estado, que coexistirá con el de Pemex y contribuirá a fortalecer la seguridad en el abasto de energéticos en el país.

Ignorancia o mala fe

Llegaron los cuestionamientos al gobierno. Candelaria Ochoa, de Movimiento Ciudadano, señaló: Sabemos que Enrique Peña mintió a los mexicanos, quién sabe si por ignorancia o mala fe.

No obstante, Meade discrepó de esos dichos y reiteró: En los que controlamos no hay absolutamente ningún incremento, de hecho, insisto, lo único que va a cambiar en la integración del precio de las gasolinas en el 2017 respecto al 2016, es que habrá de cobrarse un impuesto menor. El impuesto especial sobre producción y servicios de este año debería haber sido cercano a 4.28 por litro, habrá de ser 3.16 pesos por litro.

La panista Marcela Torres la emprendió con descalificaciones a Meade y al presidente Peña Nieto. Su exposición resultó más un mensaje político-electoral: “Quiero dirigirme especialmente, al secretario de Hacienda. No podemos darnos el lujo de que la comparecencia del día de hoy sea más de lo mismo: un mar de números y justificaciones técnicas que no van a dejar satisfechas a las y los ciudadanos que es a quienes nos debemos.

Mucho menos podemos permitir que esta comparecencia se convierta en la repetición de amenazas de Enrique Peña Nieto. Hemos sido todos testigos de una administración que le tiene pavor a la austeridad burocrática, a la transparencia.

El perredista Mario Delgado –secretario de Finanzas en el gobierno de Marcelo Ebrard– elevó el tono y enumeró un listado de mentiras –dijo– del Presidente: “miente cuando dice que el gasolinazo más grande de la historia no tiene que ver con la reforma energética; miente cuando dice que el gasolinazo no tiene nada que ver con la reforma fiscal; miente cuando dice que el gasolinazo sólo viene de afuera. No, el gasolinazo viene del escritorio del secretario de Hacienda”.

Impasible, el secretario de Hacienda replicó: No coincido prácticamente con ninguno de los planteamientos del senador Delgado. No coincido, además, con el abuso de los adjetivos de que hiciera uso ahora en tribuna. Me parece que los planteamientos que hace el senador buscan confundir, atentan contra la verdadera circunstancia que enfrenta el país y que enfrenta el mercado del petróleo.

Minutos después, la vocera del PRD, Cristina Gaytán, exigió que se diera lectura al artículo 61 de la Constitución, donde se advierte que ningún legislador puede ser reconvenido por sus dichos. Entonces Jorge Carlos Ramírez Marín, vicecoordinador del PRI, exigió a Mario Delgado que no pidiera a Meade que se retractara.

Subes a decir mentiras y esperar a que no te contesten. Entonces, para qué les damos réplica o para qué les damos intervención a los secretarios, vienen a establecer un diálogo, das tu opinión y esperas la respuesta, y si te dijeron algo que te lamente o que te duela espera a tu siguiente ­intervención.

Al final, el PAN en voz de Federico Döring se mofó de la expresión del los huevos secos de la gallina en Pemex que enunció el presidente Peña.

En respuesta, el mismo Ramírez Marín dejó sin posibilidad de réplica a los panistas: busquemos qué hicieron (los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón) con los huevos de oro de un billón 300 mil millones de pesos; ahí están, se fueron en estelas de luz, en celebraciones de bicentenarios. ¡Necesitamos saber qué paso con los huevos de la gallina!