Buenos Aires.

Virtualmente cazados como animales, gravemente heridos con balas de goma y plomo, golpeados y detenidos, integrantes de la comunidad mapuche de la provincia de Chubut fueron atacados durante tres días seguidos, en una de las represiones más violentas de este mes, lo que fue condenado por organismos de derechos humanos locales e internacionales.

Repudiamos firmemente la violenta represión ejercida por las fuerzas de Gendarmería Nacional, apoyados por efectivos policiales provinciales, contra la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia de Cushamen, Chubut. Estas fuerzas de seguridad vienen ejerciendo operativos de control y represión sobre esa comunidad, cercando los asentamientos como zona liberada para el accionar de las Fuerzas represivas, con evidente criminalización de la protesta social y bajo la idea de que son grupos terroristas que ponen en riesgo la seguridad nacional señala una de los comunicados.

Se denuncia además que el Estado nacional y provincial están movilizando nuevos contingentes de personal de las Fuerzas de Seguridad hacia otras zonas y demandan el cese inmediato de la represión.

“La única acción tolerable es aquella que se ajuste a la de un Estado de derecho respetuoso de los derechos constitucionales del pueblo mapuche y todos los pueblos originarios, advierten Abuelas de Plaza de Mayo; la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), H.I.J.O.S dDesaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Madres de Plaza de Mayo Fundadoras, el Servicio de Paz y Justicia y una larga lista de organismos que denuncian la gravedad de la situación y el avance represivo en el país.

Actuaron, además de la Gendarmería nacional en estas acciones, la policía provincial que la noche del miércoles pasado llegó disparando con balas de plomo y goma.

Las fotografías enviadas por abogados que llegaron con muchas dificultades para defender a las familias aisladas por los cercos policiales, dan cuenta de la brutal acción represiva, y hay heridos muy graves. Muchos de estos heridos estuvieron sin ninguna atención médica en una comisaría por más de 24 horas.

Quienes llegaron en solidaridad , tanto integrantes de la comunidad como otras personas fueron perseguidos , golpeados y les plantaron pruebas para acusarlos de terroristas peligrosos como los calificó el gobierno de Mario Das Naves de Chubut.

Aún así eludiendo cercos, llegaron hombres y mujeres de la comunidad para sumarse a la resistencia de quienes sólo quieren conservar sus tierras en el noroeste de Chubut en manos de la empresa italiana Benetton.

Fue una cacería dijo uno de los abogados defensores Edgardo Manosalva, miembro de la APDH. Los persiguieron a los tiros, los encerraron en la ruta, los terminaron cazando en el viejo hospital de El Maitén. Ahí les pegaron. Les plantaron bombas molotov en una de las camionetas.

Las mujeres relataron que se encerraron con los niños, pero tiraron las puertas abajo: “Nos rociaron con gas lacrimógeno, con espuma de matafuego (extinguidores), nos sacaron de los pelos, le pegaron a un niño con un garrote en la cabeza, nos esposaron y maltrataron. Sólo cuando pudo llegar el defensor público Fernando Radziwilowski.

La Asociación de Abogados de Derecho Indígena, el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen y la Comisión Provincial por la Memoria y el CELS presentaron un pedido al Ministerio de Seguridad de la Nación para que tome medidas de protección e investigación de lo sucedido. Están viajando al sur , Madres de Plaza de Mayo y otros representantes de organismos.

Amnistía Internacional condenó la falta de un eficaz control judicial sobre los alcances y exabruptos que fueron cometidos en territorio. La opacidad, falta de transparencia y rendición de cuentas no pueden ser los principios que atraviesan los operativos policiales, sostuvo su directora ejecutiva Mariela Belski.

Represión violenta en la capital

Este viernes, por tercer día consecutivo, las fuerzas de infantería atacaron, golpearon y detuvieron a vendedores ambulantes en el popular barrio de Once, a los que les robaron hace dos días su mercancía. Después de prometer sin cumplirlo desde hace tiempo autorizar un lugar donde se puedan colocar los puestos, como piden los aquí llamados manteros.