El tejido social en las preparatorias del Instituto de Educación Media Superior (IEMS) de la Ciudad de México está un poco resquebrajado, aceptó su directora, Dinorah Pizano Osorio.

Un mes después de tomar posesión del cargo, señaló en entrevista con La Jornada que se ha encontrado con una comunidad estudiantil con problemas de nutrición, violencia intrafamiliar, adicciones, alto índice de embarazos y falta de recursos económicos para acudir a la escuela.

Lo anterior provocó en el instituto una tasa de deserción de 50 por ciento y al menos la quinta parte de sus 30 mil alumnos tienen materias reprobadas.

El reto para su gestión al frente del IEMS es cambiar esa realidad, para lo cual plantea crear convenios con universidades, organizaciones de la sociedad civil y el Gobierno de la ciudad para llevar a los estudiantes nutrición, deporte, cultura, arte e investigación, con el fin de transformar cada uno de sus 20 planteles en centros comunitarios.

Lo podemos hacer con creatividad, que es algo que ha faltado, para vincularnos con todas esas áreas en las cuales podemos potenciar a los jóvenes y mantenerlos en la escuela, manifestó Pizano Osorio.

Se trata, agregó, de devolverle a los alumnos la credibilidad en el instituto, que no piensen que están en el IEMS porque no fueron aceptados en otros sistemas, sino porque representa la posibilidad de acceder a una educación de calidad, que los forma como ciudadanos críticos, informados, analíticos, capaces de participar en la transformación de su entorno y que pueden acceder sin problema a cualquier institución de nivel superior que ellos decidan.

Pizano Osorio manifestó que no dirigirá el IEMS desde una oficina, sino que irá constantemente a los planteles para conocer la situación de alumnos, profesores y trabajadores.

Entre los proyectos que ya trabaja se encuentran vincular a los alumnos con ferias de empleo, empresas con responsabilidad social, que les permita conectarlos al mercado laboral desde una lógica de capacitación temprana, con cursos de emprendedurismo para que si necesitan laborar eso no signifique que tengan que abandonar sus estudios.

Resaltó que con instituciones y organizaciones de la sociedad civil se planea un programa para que los estudiantes puedan acceder a una alimentación nutritiva dentro de la misma escuela, que incluye además la contratación de nutriólogos que orienten a los jóvenes y generar actividades para que aprendan a cocinar.

Otro de los retos importantes, detalló Dinorah Pizano, es restablecer la comunicación con la planta docente, conformada por mil 67 profesores y 250 asesores en la modalidad semiescolar, pues el diálogo con ellos se quedó inconcluso desde la directiva misma del IEMS.

Se requiere actualizar y cambiar los planes y programas de estudio del instituto, y eso se tiene que hacer con los profesores que son quienes lo conocen, pero antes tenemos que escuchar cuáles son sus necesidades.