Gravísimo, si se permite chatarra en universidades
Jueves 12 de enero de 2017, p. 33
En un país con alta prevalencia de sobrepeso, obesidad y diabetes, como México, sería gravísimo
que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aprobara la venta de comida chatarra en las instituciones de educación superior, argumentando que el derecho al libre comercio está por encima del derecho a la salud.
Así lo afirmó el director de la organización El Poder del Consumidor, Alejandro Calvillo, quien señaló que un eventual fallo en este sentido pasaría por alto diversas recomendaciones de organismos internacionales de salud.
Ayer, la segunda sala de la SCJN postergó la discusión de un proyecto de dictamen elaborado por la ministra Margarita Luna Ramos que declararía constitucional la venta de comida chatarra en las universidades del país.
Lo anterior echaría atrás la prohibición ordenada en 2014 por las secretarías de Salud y de Educación Pública para el expendio de bebidas y alimentos de alto valor calórico, y daría la razón a un amparo presentado por la empresa Del Fuerte, la cual argumenta que dicho freno viola el derecho al libre comercio y a la libertad de trabajo.
Al respecto, Calvillo recordó que hay estudios de la organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud que recomiendan disminuir el ambiente obesogénico en diversos espacios públicos, incluidas las escuelas, para limitar la venta de los llamados alimentos ultraprocesados.
Industria omnipresente
Lo que prevalece en las instituciones de educación superior es la venta de comida chatarra, y por lo tanto los niveles de obesidad, sobrepeso y diabetes en la población universitaria son altísimos, en un país que tiene uno de los índices más altos del mundo de muertes
por problemas con la glucosa, subrayó.
México es el mayor consumidor de comida chatarra, y lo que la ministra Luna Ramos hace es defender esa industria omnipresente, que tanto daño le ha hecho al país. Es gravísimo lo que ha hecho para oponerse a una regulación tan necesaria
, agregó.
Luego de manifestar que espera que el proyecto de Luna se deba a la ignorancia y no a otra cosa
, Calvillo rechazó que todos los adultos –por el hecho de serlo– conozcan los efectos de la comida chatarra.
En vez de existir información, dijo, lo que hay son etiquetas que engañan, así como publicidad altamente persuasiva que generan un daño a toda la sociedad.