Martes 10 de enero de 2017, p. 18
Bruselas.
La inmigración tiene un impacto económico generalmente positivo en los países receptores, pero los beneficios dependen de lo bien que se integren los recién llegados, señaló el primer subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), David Lipton.
En un seminario en Bruselas, Lipton apuntó que las políticas y economías de la migración chocaban entre sí porque, al igual que el comercio, aquel fenómeno creaba ganadores y perdedores y exigía tiempo para que las sociedades y las empresas se adaptaran.
“Hemos descubierto que la inmigración ha incrementado significativamente el producto interno bruto per cápita en las economías avanzadas, porque los niveles de capacitación impulsan la productividad laboral y en algunos lugares la llegada de inmigrantes en edad de trabajar ayuda a contrarrestar la escasez de empleados de los acontecimientos demográficos”, añadió Lipton.
Aunque el primer 10 por ciento es el que más se beneficia, las ganancias de la migración las comparten todos los grupos de ingresos. Además, la desigualdad no se incrementa como resultado de la entrada de inmigrantes a la fuerza laboral
, añadió.
No encontramos efectos negativos significativos en los grupos de ingresos medios o bajos en países receptores
, sostuvo.
Opositores a cambios sociales
Europa tiene dificultades para contener una crisis migratoria que comenzó en 2015, cuando más de un millón de personas entraron en el bloque de 28 países desde Medio Oriente y África en busca de seguridad y mejores perspectivas económicas.
La inmigración ha desencadenado una reacción popular negativa en la Unión Europea que ha impulsado a partidos de extrema derecha y nacionalistas, y ha sido uno de los principales factores de la votación de junio de 2016 en Reino Unido a favor de abandonar la Unión Europea.
La gente podría dar menor valor a los beneficios económicos de la migración porque no le gustas los cambios sociales y culturales y temen que lleguen inevitablemente con la inmigración
, explicó Lipton.
En segundo lugar, podrían no percibir los beneficios reales que los economistas han mostrado que existen. O en tercer lugar, los expertos podrían no haber resuelto todo. Quizá hay un elemento de verdad en las tres opciones
, asentó.