Décadas de mala administración, gasto irresponsable, dilapidación de la riqueza petrolera, corrupción y falta de creación de refinerías en el país, son parte de las causas de la factura impagable y dolorosa que se pasa a la población con el alza de las gasolinas, aseguró la arquidiócesis de México.

En el editorial de su semanario Desde la fe, titulado Insensibilidad, refiere que ante este panorama sin duda México tendrá un amargo 2017 y asegura que el gasolinazo, sobre todo, es una medida recaudatoria. Como sabemos, los precios de la gasolina tienen efectos fuertemente recaudatorios. Cerca de 43 por ciento del precio de cada litro es determinado por la cuota del impuesto especial sobre producción y servicios y el pago de 16 por ciento del impuesto al valor agregado.

Tras señalar que el país se encuentra en un atolladero, gracias al establecimiento de una nueva política energética que no vislumbró las consecuencias sociales, porque no hubo sensibilidad, comentó que la mala administración de la riqueza petrolera, fincó castillos en el aire. Además de que hizo de Pemex la caja chica para cobijar estructuras de poder que chuparon los recursos que debían ser aplicados al desarrollo de la industria que dio bonanza.

El cardenal Norberto Rivera Carrera exhortó a las autoridades a ser sensibles para que realmente los subsidios que se estaban destinando a otros rubros se encaminen a los más pobres, pero no como una limosna.

El jerarca apuntó que sin duda estamos pasando por momentos difíciles, pero advirtió que lo peor que nos puede pasar es perder la esperanza.