a irresponsabilidad con la que Donald Trump ha manejado sus mensajes proteccionistas por medio de su cuenta de Twitter es ya motivo de preocupación por parte de un sinnúmero de importantes compañías alrededor del mundo. El impacto ocasionado con sus amenazas de castigar con 35 por ciento de impuestos arancelarios a las compañías que inviertan en la fabricación de sus productos fuera de Estados Unidos, específicamente en México, e intenten importarlos a esa nación ya ha causado problemas en algunas firmas que cotizan en el mercado de valores.
Según información de la revista Forbes, las acciones de la compañía Toyota cayeron 3 por ciento y las de Honda y Nissan 2 por ciento en la bolsa de Tokio, a consecuencia de las amenazas que hizo Trump.
La respuesta del gobierno de Japón fue inmediata, defendiendo con firmeza a la compañía Toyota y resaltando los beneficios económicos con que ha contribuido a la economía y la sociedad estadunidenses. Por su parte, el director de Toyota precisó que la futura planta se construiría en Guanajuato, no en Baja California, en donde desde hace algunos años ya existe una planta de esa compañía. Agregó que en la actualidad Toyota tiene una inversión directa en Estados Unidos de casi 22 billones de dólares en 10 plantas en función, mil 500 distribuidores a lo largo del país y da empleos a 136 mil trabajadores.
La revista Forbes informa además que, por ser una compañía japonesa, las inversiones de Toyota no están sujetas a la aprobación del gobierno estadunidense.
A los irresponsables mensajes de Trump se suman a las amenazas que en días pasados hizo a las compañías Ford y General Motors en ese mismo sentido. En respuesta a esa caótica forma de pretender redefinir las relaciones comerciales, la Organización Mundial de Comercio ha manifestado su preocupación por la guerra comercial que las iniciativas del presidente electo estadunidense pudieran causar, en un contexto en el que las relaciones entre las naciones son cada vez más intensas y complejas. Existen diferentes opiniones sobre las posibilidades reales de que el gobierno que entrará en funciones en Estados Unidos en menos de dos semanas pudiera romper con acuerdos como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y cuáles pudieran ser las consecuencias de ello.
Cabe esperar que Trump intente chantajear a otras compañías cuyos productos se fabrican en México, tal como lo hizo con Carrier y Ford. Por lo pronto, la suspensión de la construcción de sus plantas ya ha cobrado sus primeras víctimas entre los trabajadores mexicanos. Hasta ahora el gobierno de nuestro país no ha dado una respuesta clara y puntual respecto de la imposición de aranceles draconianos, como lo hizo el gobierno de Japón, en defensa del derecho al acceso al mercado estadunidense de los autos fabricados en México. Es de desearse que esté preparando una estrategia en ese mismo sentido. De lo contrario, la cuesta de este turbulento enero pudiera durar bastante más que un mes.