Corporaciones en el vecino país evalúan cosas más allá de la política comercial, señala
Miércoles 4 de enero de 2017, p. 17
El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, descartó que la decisión de Ford Motor Company de cancelar una inversión por mil 600 millones de dólares en San Luis Potosí (SLP) produzca una cascada de decisiones similares de otras empresas de Estados Unidos que operan en México.
Además, advirtió que la automotriz deberá rembolsar cualquier gasto que haya hecho el gobierno potosino, pues el acuerdo sobre la instalación de la ahora fallida planta automotriz prevé el pago de multas por la cancelación de cualquiera de las partes.
Es importante tener en cuenta que, en este caso, una golondrina no debe de hacer verano
y la de Ford es una decisión muy particular
por la situación que enfrenta, puntualizó el funcionario en entrevistas por televisión.
Empero, al mismo tiempo reconoció que lo que está pasando en estos momentos es que el mundo corporativo de Estados Unidos está analizando y evaluando cosas más allá de la política comercial e inclusive de la política fiscal misma, porque está a debate una nueva definición de impuestos corporativos para las empresas estadunidenses
y eso, dijo, puede tener efectos en la decisión de inversiones.
Sin duda, para las automotrices es un momento de definiciones, pero nosotros ya estamos listos para iniciar un diálogo tan pronto el presidente electo, Donald Trump, tome posesión el 20 de enero
, remarcó Guajardo. Insistió en que la posible modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) debe enfocarse a fortalecer la competitividad de la región frente al resto del mundo, porque la competencia ya no es entre países y el futuro se encuentra en la integración de las cadenas de valor, como prueba la integración manufacturera entre Estados Unidos y México, que genera empleos para ambos y les permite enfrentar mejor la competencia asiática.
Cambio en la demanda
La decisión de Ford no es favorable
para México, dijo el secretario, pero la atribuyó a dos elementos en particular. El primero, explicó, es el cambio en la demanda mundial de vehículos, pues aumentaron los pedidos de camionetas familiares (Suv) y pick ups debido al abaratamiento en los precios de los combustible y bajaron los de autos ligeros que la empresa tenía previsto fabricar en SLP.
El segundo elemento es la relación que Ford tiene específicamente con el gobierno del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció Guajardo, pero acotó que el resto del mundo corporativo de América del Norte o de Estados Unidos no enfrenta la misma situación.
Al preferir aplicar su capital a expandir su planta para vehículos eléctricos en Michigan, Ford se convirtió en la segunda empresa estadunidense que cancela una inversión en México desde que Trump ganó las elecciones presidenciales de su país en noviembre pasado. Antes lo hizo Carrier, una fábrica de aires acondicionados que unas semanas después del triunfo de republicano anunció el traslado de parte de su producción en México al estado de Indiana.
Sin embargo, el secretario aseveró que se trata de empresas que tienen una dependencia muy particular con el gobierno de Estados Unidos
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