Las casas de empeño constituyen uno de los instrumentos más importantes con los que se financian las personas y empresas en México.

De acuerdo con una investigación que realiza Pablo Cotler Ávalos, director del departamento de Economía de la Universidad Iberoamericana, cuando un ciudadano requiere dinero para afrontar una urgencia, primero busca financiarse con préstamos de familiares, y después acude a uno de estos establecimientos.

De las personas que recurren al empeño de prendas, 65 por ciento tienen ingresos inferiores a 5 mil pesos mensuales, 33 por ciento cuentan con seguridad social y 48 por ciento tienen cuenta en algún banco.

Los usuarios de las casas de empeño no son solamente trabajadores informales o sin acceso al servicio financiero formal.

La investigación de Cotler Las casas de empeño en México, que realiza con la colaboración de su colega Irving Rosales Arredondo y la asistencia de Rodrigo Carrillo, señala que los artículos más utilizados en los servicios prendarios son las joyas, particularmente las de oro, por las cuales las casas de empeño prestan, por lo general, 80 por ciento de su valor y son las más fáciles de revender si el pignorante no recupera el artículo. Aunque en promedio 75 por ciento de las cosas empeñadas son recuperadas.

Con un monto promedio de mil 600 pesos, la cartera de préstamos de las casas de empeño es equivalente a 5 por ciento de la cartera de crédito al consumo del sistema bancario.

La investigación señala que a las casas de empeño también acuden aproximadamente 5 millones de personas para comprar bienes. Pero no sólo porque ahí les salen más baratos, sino porque pueden comprar joyas y otros objetos que pueden ser usados como activo de ahorro y futura forma de adquirir préstamos.

Al mostrar la evolución del precio del oro durante los 16 años recientes, Cotler señala que muchas personas hubieran ganado más comprando este metal precioso que depositando dinero en un banco. Más aún, el valor de los préstamos que conseguirían sería mayor.

En la información proporcionada por la Universidad Iberoamericana se señala que aunque 13 millones de mexicanos, 17 por ciento de la población adulta del país, recurre al empeño como fuente de financiamiento, no existen estudios que analicen cómo opera este mercado y cómo se entrelaza con los otros mercados financieros.