Antonio Mazzitelli, representante de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd), señaló que lanzar la guerra contra el narcotráfico durante el gobierno de Felipe Calderón fue una reacción correcta, ya que no había control del territorio y la única alternativa fue el despliegue militar.

En entrevista con La Jornada, Mazzitelli señaló que en los últimos 10 años “los grupos criminales que operan en México tuvieron una evolución, al igual que el negocio del narcotráfico y otros delitos del crimen organizado, y la violencia que se vive hoy día es el reflejo de ese crecimiento con grupos criminales siempre más territoriales y más predatorios, pero hoy menos interesados en expandirse internacionalmente, como los grandes cárteles que había en México en los años 90.

En México hoy se enfrenta a grupos criminales mucho más reducidos en sus ambiciones trasnacionales, pero más agresivos y ambiciosos en lo que es el control de sus territorios y de las actividades que se llevan a cabo en esas zonas.

Expuso que durante la última década ha existido un desarrollo institucional, en que se ha creado una capacidad operativa, como es la Policía Federal, que es un producto de esa evolución, pero la respuesta gubernamental todavía no ha generado las condiciones necesarias para contener y reducir la violencia, todavía hace mucha falta la presencia de la autoridad en muchos lugares para actuar con funciones preventivas, y se requiere crear una adecuada administración de la justicia bajo el nuevo sistema penal acusatorio.

Sobre los miles de personas asesinadas y desaparecidas en la última década, y si fue correcto lanzar una guerra contra el narcotráfico, indicó que “lanzar la guerra y la reacción de las autoridades fue correcta no había manera de no hacer eso a una situación territorial que ya estaba fuera de control, ya que la violencia había comenzado a manifestarse durante el gobierno del presidente Vicente Fox, y luego siguió de una manera más virulenta durante la administración de Felipe Calderón.

Yo creo que no había alternativa a los despliegues militares y a una reacción que se requería, porque quienes debían actuar no tomaron las medidas necesarias para controlar y prevenir la violencia. Creo que cuando el presidente Calderón decidió intervenir no había muchas alternativas y en la actualidad tampoco hay muchas alternativas a la presencia militar en los territorios, señaló el representante de la ONU.