La Secretaría de Gobernación (SG) puso en marcha un nuevo modelo de reducación para hombres violentos, agresores de mujeres. Una nueva manera de ser hombre, explicaron los promotores de la estrategia.

México vive un problema agudo de violencia de género; la mayoría de las entidades federativas tienen solicitudes para que se emita una alerta o ya se tiene en curso ese mecanismo, aplicado ante situaciones extremas y graves, en un contexto de deficiencias en las instituciones de seguridad y procuración de justicia.

Las autoridades gubernamentales advierten la prevalencia o el aumento de las agresiones en los espacios más íntimos, como el hogar o la relación de pareja. Estos dos elementos integran 56 por ciento de los casos monitoreados.

En los diagnósticos disponibles se muestra que 29 por ciento de los casos es por violencia física; 24 por ciento, por violencia sexual; 16 por ciento, discriminación; 13 por ciento, violencia sicológica; 10 por ciento, violencia económica, y el resto es catalogada como violencia institucional.

Nuevas masculinidades

El nuevo modelo integral de atención reducativa para los hombres, así como de promoción de nuevas masculinidades, se aplica ya, a manera de prueba piloto, en Guanajuato (una de las entidades señalada desde 2014 como un caso grave de este problema), donde se involucró a mil 200 hombres, y se espera que a mediano plazo pueda ser operado en todo el país, con el enfoque regional respectivo; es decir, si la agresión se detona por consumo de alcohol, por ejemplo, o por aspectos culturales, específicamente en grupos indígenas.

Las entidades en las que sí se ha aplicado la alerta de violencia de género contra las mujeres son: estado de México, Morelos, Michoacán, Chiapas, Nuevo León y Veracruz.

Alejandra Negrete, titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) de la SG, explicó la base del modelo, enfocado para aquellos con rasgos violentos cotidianos, pero que todavía no cometen un delito tipificado. Tenemos informes de que cuando pierde un equipo de futbol, en determinada zona hay violencia contra las mujeres ese mismo domingo en la noche.

En este modelo, el ingreso a los grupos puede ser por voluntad del varón o por sugerencia de agrupaciones civiles y/o instancias de procuración e impartición de justicia, en el contexto de resolución alternativa de conflictos.

La intervención consta de 16 sesiones grupales –abiertas y continuas– de dos horas a la semana cada una; cada usuario puede repetir hasta dos veces todo el ciclo, para reforzar el compromiso con su propio cambio. Es un apoyo de hombres con hombres, en principio para que identifiquen qué les detona esa violencia.

Se busca desactivar el esquema patriarcal predominante en la sociedad, a partir de la concientización de un esquema de igualdad que beneficia tanto a hombres como mujeres, dijo la funcionaria en entrevista.

Al mismo tiempo, agregó, se debe garantizar la seguridad personal de las mujeres víctimas de violencia; desactivar mecanismos patriarcales de control y reproducción de las desigualdades, así como atender específicamente a hombres y mujeres jóvenes.

Si bien la primera entidad fue Guanajuato, dijo que Jalisco, Hidalgo, San Luis Potosí y Tabasco están interesados en aplicarlo de inmediato.

Tan sólo en el año que concluye el sistema nacional en mención admitió ocho solicitudes de violencia de género, siete de las cuales fueron por violencia feminicida en Guerrero, Jalisco, Nayarit, Puebla, Sinaloa, Tabasco y Tlaxcala. Actualmente se elaboran informes acerca de la situación en Querétaro, San Luis Potosí y Colima.

Lo mínimo requerido para las autoridades locales –agregó– es la emisión de protocolos para la investigación de los casos de violencia contra las mujeres; el fortalecimiento de agencias especializadas para la indagación de los delitos por razones de género, y la armonización legislativa para evitar normas discriminatorias, entre otras acciones.