Cultura
Ver día anteriorMartes 27 de diciembre de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Premios nacionales

La poeta recibió el máximo galardón de arte que otorga el gobierno en el área de Literatura

Me siento cerca de la tradición ligada al ser y el canto: Elsa Cross

Adelanta en entrevista que publicará la traducción de 26 autores místicos de India, de los siglos VII al XVIII

En su obra, le interesa rescatar la posibilidad de ver el brillo de lo divino

Foto
Cross anunció que muy pronto se pondrá en circulación otra amplia compilación que reúne a 136 poetas, titulada El lejano Oriente en la poesía mexicana Foto Juan Elías Tovar
 
Periódico La Jornada
Martes 27 de diciembre de 2016, p. 2

Elsa Cross es una de las voces poéticas más relevantes de Hispanoamérica. Su obra se distingue por su singular brillantez espiritual y por ser la de una mujer del linaje de poetas ligados a la tradición del ser y el canto, como Walt Whitman, Saint-John Perse, Pablo Neruda y Octavio Paz.

Considerada también una de las investigadoras y estudiosas de la espiritualidad oriental más importantes, la también filósofa mexicana de 70 años fue distinguida con el Premio Nacional de Artes y Literatura 2016, en el rubro de Lingüística y Literatura.

De acuerdo con la ensayista y traductora, su viaje en 1978 a Ganéshpuri, India, y su encuentro con Swami Muktananda, fue determinante para su expansión y esencia literaria.

“Esa transformación está muy presente en mi vida; experimento sus efectos todos los días. Fue un despertar de energía interior, como una hoguera de dulzura exquisita. En ese momento estaba en una búsqueda intensa de algo que no sabía bien qué era, pero que sin duda me hacía mucha falta, porque mi vida entonces era bastante caótica; lo encontré cuando comencé a meditar.

Fue como hallar algo dentro de mí que había buscado afuera. Eso me ha dado una tranquilidad muy grande. Es lo mejor que me ha pasado en la vida y todos los días doy gracias por ello.

La huella de las experiencias

De manera personal, dice Cross, no hago tantas lecturas de poesía como quisiera, porque todo mi tiempo se va en cuestiones académicas. Las lecturas de poesía no hacen a un poeta, pero son indispensables en su formación. Lo fue en mi caso cuando empezaba a escribir, pero fue más fuerte la huella de esas experiencias (espirituales) que cualquier lectura.

Quizás, añade, uno podría quedar al margen, sin embargo, es un riesgo que un poeta bien puede asumir si le da la gana.

Dice que en su poesía cuida mucho los aspectos sonoros, por supuesto, también el de las imágenes y el de las ideas, pero el que tiene que ver con el ritmo, con la cadencia de un poema, para mí es fundamental, explica.

Es algo que defiendo mucho, porque sé que es una categoría que actualmente no interesa para nada. Se considera muy anticuado y rebasado, pero pienso que no. Hay poetas que han sido grandes cantores, como Walt Whitman, Saint-John Perse, Pablo Neruda, Octavio Paz. Ese aspecto (el de la cadencia y el ritmo) hace que poetas como Ezra Pound resistan incluso malas traducciones.

Para la poeta mexicana, nacida en Ciudad de México el 6 de marzo de 1946, la cuestión del ser puede remitir a muchas cosas.

“En términos de la sabiduría de India se puede referir a un ser supremo, más allá de un nombre, una forma o una concepción teológica. Es la concepción de un ser absoluto. Pero también el ser puede referirse al principio vital, básico de la existencia, que está en todas partes y vibra en todas las cosas y todos los seres.

“Es algo que me interesa rescatar en mi poesía, la posibilidad de ver el brillo de lo divino –por decirlo de alguna manera–, en todas las cosas. Si uno ve las cosas así, se da cuenta de su sacralidad, de que la naturaleza es sagrada, de que todo ser humano es también sagrado, entonces uno cambia la manera de ver el mundo, su actitud hacia los demás y de responder ante cualquier situación.”

Para Cross, la poesía es un gran vehículo. El vínculo de lo interno con lo externo. Siempre se extiende entre lo de adentro y lo de afuera. En mi caso, con la meditación, lo que hace es profundizar cada vez más dentro de uno mismo. Como poeta, dice Cross, me siento muy cerca de la tradición ligada al ser y el canto.

Como el gran poeta japonés Matsuo Basho, legendario maestro del haikú, Elsa Cross se gana la vida impartiendo clases e investigando. Dedicó a las tareas académicas seis u ocho veces más tiempo que a la poesía.

En los tres años pasados la maestra Elsa Cross se alejó de la aulas para concluir –en el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autónoma de México, en Cuernavaca, Morelos– uno de los proyectos poéticos más importantes, que le ha llevado décadas de investigación.

Se trata, adelanta a La Jornada, de una antología que creció con el tiempo. La traducción de unos 26 poetas místicos de India, de los siglos VII al XVIII, que se conocen muy poco y son maravillosos.

Al principio, explica la autora, la idea era traducir a 12 poetas, pero cuando me involucré más a fondo observé que era imposible dejar fuera a otros tantos, incluso muchas mujeres.

Todo ello, destaca, es muy importante en India porque fueron movimientos místicos populares que mandaron al diablo toda la ortodoxia ritualista para abrirse a una relación completamente nueva, con su propia interioridad y sus dioses, que dio como resultado una poesía maravillosa, escrita en lenguas populares, porque antes de esto toda la poesía era culta y se escribía en sánscrito.

Esos poetas, agrega, comienzan a escribir en sus lenguas regionales que son muchísimas. Históricamente es también muy importante, porque la gente por primera vez entiende muchas cosas. Esa traducción e investigación, dice la autora, se publicará en 2017.

Asimismo, muy pronto se pondrá en circulación otra amplia compilación que reúne a 136 poetas, titulada El lejano oriente en la poesía mexicana, la cual se inicia con el viaje que José Juan Tablada hizo a Japón en 1900, y termina con trabajos de autores jóvenes contemporáneos.

Tiene además otros dos libros de ensayo ya terminados, continúa Cross. La Universidad Veracruzana publicó recientemente un libro que agrupa artículos y ensayos sobre creación poética.

Entre realizar un trabajo académico y atender su oficio de poeta, la autora de Pasaje de fuego comparte: A partir de mis experiencias he aprendido a aceptar lo que llega, cómo llega y hasta dónde es. La poesía tiene sus tiempos y en mi caso no se puede planear.

Paz y Sartoris sobre la autora

En la obra de Elsa Cross se encuentran algunos de los poemas más perfectos entre los escritos por las últimas generaciones mexicanas. Dos notas opuestas se conjugan armoniosamente en su poesía: la complejidad del pensamiento y la diafanidad de dicción, dijo de ella Octavio Paz.

El escritor Ursus Sartoris definió la poética de Elsa Cross cuando la escritora recibió la medalla Bellas Artes como una especie de reconocimiento de su mundo interior, el viaje iniciático de la conciencia en el laberinto de la mente, el abandono del deseo y el encuentro con el ser. Un paisaje mítico y espiritual entre la errancia y la expiación, el éxtasis y la profecía, la embriaguez y el sueño.

Multipremiada, Elsa Cross es autora de una vasta bibliografía. Entre las distinciones más recientes, junto con Alberto Ruy Sánchez, fue galardonada con el Premio de Poesía Poestate 2015 de Lugano, Suiza.

Aconsejo a los jóvenes que sean fieles a sí mismos, a sus sentimientos, impulsos e ideas, más que a las modas.

Para concluir, Elsa Cross evoca 1964, cuando siendo joven fue mordida por un perro llamado Hamlet, así como a un amigo, con vocación de astrólogo, quien predijo que iba a ser poeta y que escribiría muchos libros. “Lo genial del caso –recuerda– es que me mordió en la calle de Shakespeare y todavía tengo la cicatriz. Y el amigo me predijo, entonces, con base en la numerología, un montón de cosas sincrónicas, bastante extrañas”.