Los derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que por accidente o enfermedad vivan con discapacidad física permanente ya no tendrán que acudir durante seis u ocho meses a renovar las licencias de incapacidad y luego esperar dos años para que se les autorice su pensión. No tienen por que venir a rogar a un burócrata por algo a lo que tienen derecho, afirmó el director del organismo, Mikel Arriola Peñalosa.

Acortar los tiempos y agilizar este trámite está entre los objetivos de la administración del instituto para 2017. Significa, dijo, modificar a fondo el esquema de asignación de esas pensiones y no meter a los afiliados al proceso burocrático en el que ahora se encuentran.

Arriola Peñalosa realizó ayer un balance de las actividades del Seguro Social en 2016 y comentó las metas para el próximo año, entre las cuales destacó que seguirá la política para identificar a las empresas que falsean información con la finalidad de eludir el pago de cuotas obrero patronales.

Llaman la atención de las autoridades aquellos negocios que reportan pagos a sus trabajadores por el equivalente a un salario mínimo, porque 65 por ciento de los empleos creados durante la actual administración cotizan al IMSS por dos o tres salarios mínimos.

Comentó que con las auditorías que se realizan a las empresas, en conjunto con el Servicio de Administración Tributaria, se ha logrado una efectividad de 99 por ciento en la cobranza de las cuotas.

En la conferencia, el funcionario también se refirió a las acciones realizadas para mejorar la situación financiera del Seguro Social. Recordó que en 2012 la previsión era que por el agotamiento de las reservas financieras, el organismo se encontraba en situación de quiebra.

El director del IMSS, Mikel Arriola, durante la presentación del balance de actividades de 2016Foto Francisco Olvera

Para 2014 no tendría dinero para seguir operando, pero con la contención del gasto y la eficiencia en el uso de los recursos disponibles, la viabilidad del instituto está garantizada hasta 2019 y se puede continuar si se mantiene este esquema de trabajo, sostuvo.

Reconoció que el régimen de jubilaciones y pensiones de los trabajadores del IMSS es el elemento de presión más grande para las finanzas institucionales, pues es un pasivo de más de 2 mil millones de pesos, el cual crece 10 por ciento cada año. Sin embargo, el instituto cumplirá con esta obligación que tiene en su carácter de patrón y puntualizó que no existe ningún plan para modificarlo.

Insistió en que las medidas de control financiero han contribuido a cerrar la brecha entre ingresos y gastos, de tal suerte que se han obtenido ingresos adicionales por 70 mil millones de pesos en los pasados cuatro años.

Esto se ha traducido en la disminución de 72 por ciento en el uso de las reservas, pues en 2016 se tomaron apenas 4 mil 238 millones de pesos de los 15 mil millones que se tenían autorizados.

Con los recursos obtenidos por eficiencias se ha podido mejorar la calidad de los servicios médicos, con un mayor volumen de compra de medicamentos y la posibilidad de invertir 19 mil millones de pesos en la construcción de 12 hospitales generales y 40 unidades de medicina familiar.

Arriola destacó las estrategias para la reducción de tiempos de espera para la atención médica y la disminución de 53 por ciento de la mortalidad por infartos al corazón mediante el código infarto, que agiliza la atención de los enfermos, entre otros.