Viernes 16 de diciembre de 2016, p. a15
Moscú. Rusia está dispuesta a renunciar a la sede de competencias del campeonato mundial de esquí a campo traviesa, como parte de sus esfuerzos para resarcir la maltrecha imagen del país por el escándalo de dopaje, con tal de que no los dejen fuera del certamen de marzo próximo. En cambio, directivos de bobsled y skeleton declararon que por política
les quitaron los mundiales de 2017, tras la amenaza de varios atletas de que no asistirían, luego que varios medallistas olímpicos rusos fueron encubiertos. Ayer, en Oslo, la Unión Internacional de Biatlón informó tener una lista con 31 sospechosos por dopaje; entre ellos habría deportistas que aún están en activo.