Ante las atrocidades que se viven en el mundo contemporáneo, la humanidad debe luchar por la poesía más que nunca; esa fue la convocatoria lanzada hace unos días en la presentación del libro Mujeres poetas por la paz: antología 2016, XXIV Encuentro de Mujeres Poetas en el País de las Nubes.

En la Casa del Poeta Ramón López Velarde, en la Ciudad de México, hubo un recital en el que 14 de las 48 participantes en ese encuentro, desarrollado del 14 al 19 de noviembre pasado en la región mixteca del estado de Oaxaca, leyeron algunas de sus obras.

En la presentación, la poeta Eurídice Román de Dios, prologuista de esa obra, recordó lo que el filósofo Roland Barthes dijo acerca de la poesía.

Es la práctica de la sutileza en un mundo bárbaro. De ahí la necesidad hoy de luchar por la poesía. La poesía debiera formar parte de los derechos humanos, ella no es decadente, ella es subversiva y vital, citó al pensador francés.

Recordó que la edición 24 del encuentro en el País de las Nubes, al que asistieron poetas de España, Guatemala, Argentina, Chile y México, tomó como tema la paz, pues el país está inmerso en un contexto agredido y violentado.

La poesía es un juego rotundo y permanente reflejo de la humanidad. Tiene las fisuras perfectas para tocar las fibras más delicadas de una sociedad, destacó Eurídice Román.

La poesía y las artes juegan un papel fundamental en la transformación humana que requiere el momento actual. A través de la palabra, la herramienta que nos define, al dignificarla, le damos su calidad de comunicadora entre las personas y no a la inversa al ser maltratada por la vileza del poder que sólo busca el engaño para perpetuarse.

Repudio a la reforma educativa

De acuerdo con Eurídice Román, la paz es un componente esencial no sólo para la convivencia en armonía y equilibrio, sino que en algunos momentos históricos ha sido herramienta política liberadora.

Paz y poesía, dos manifestaciones culturales esenciales para los tiempos violentos que vivimos, dijo.

Con duración aproximada de una hora, el recital se caracterizó por la diversidad variopinta de temáticas abordadas por las participantes.

Fue una velada agradable e íntima en la que lo mismo se cantó al amor filial y romántico que al que se profesa por la tierra originaria y las tradiciones.

También se aludió a la amistad, a las maravillas de la naturaleza, a la brevedad de la vida, la nostalgia y el respeto por los padres, así como la importancia y el valor de la palabra.

Hubo espacio para la memoria y la denuncia social, como ocurrió con los poemas que leyeron, de forma respectiva, Sandra Galina Favela en recuerdo de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, y Alma Consuelo Hernández, en repudio a la reforma educativa impuesta por el gobierno federal.

Fue una noche de armonía, una ceremonia laica en la que poetas, familiares, amigos y público dejaron de lado los problemas y las preocupaciones del día a día y se enfrascaron en la sutileza de las palabras pródigas y los sentimientos.

Otras poetas que participaron fueron Luisa Rosales, Rosalía de la Fuente, Odette Padilla, Susana Argueta, Athena Fénix, Carmen Mateu y Diana Mancera.