Indicios ominosos
a promesa de Donald Trump de cortar los fondos federales a las ciudades que no cumplan la obligación de detener y encarcelar a quienes no posean documentos migratorios se ha topado con una verdadera rebelión de alcaldes y consejos de gobierno en una multitud de urbes. Las llamadas ciudades santuarios
, que se oponen a una política persecutoria de las autoridades policiacas contra los migrantes indocumentados, han declarado su abierta censura al chantaje implícito en las declaraciones de Trump. Algunas han anunciado estar dispuestas a prescindir de tales fondos si se quiere obligarlas a cumplir una política migratoria a la que se han opuesto durante años.
Las autoridades de más de 31 importantes ciudades, entre ellas Nueva York, Chicago, San Francisco, Houston, Minneápolis, Los Ángeles, Portland, Seattle y Denver, han rechazado dichas amenazas. Destaca por su claridad y contundencia la declaración de Bill de Blasio, alcalde de Nueva York, quien aseguró que legalmente el presidente no puede cortar los fondos federales a tabla rasa. No existe un precedente jurídico en el que se haya cortado dicha partida tal como pretende Trump. Es muy probable que se inicie un litigio, que por su complejidad pudiera llegar a la Corte Suprema para su resolución.
La junta de supervisores de la ciudad de San Francisco emitió un manifiesto que en alguna forma resume el sentir de las ciudades que en todo Estados Unidos se han unido a la protesta. Nuestro propósito, dice el manifiesto, es sostener la política de respeto y la dignidad para todos por igual, características de esa urbe; continuar la tradición de la política de protección a los migrantes indocumentados, que data de hace 27 años; no dar la espalda a los hombres y mujeres que han contribuido a la grandeza de esta ciudad; ofrecer servicios de salud a toda la población, incluso si el próximo gobierno decide revocarlos. Concluye que el Golden Gate es un puente, no una muralla. En un comunicado aparte, la policía de San Francisco afirmó que ésta es una ciudad santuario y lo seguirá siendo
.
Por su parte, Trump complementó su declaración en contra de las ciudades santuarios nombrando procurador general al senador republicano Jeff Sessions, quien es conocido por su oposición a la reforma migratoria y sus ataques contra los indocumentados. Pudiera ser el primer indicio de una larga disputa en cuestiones migratorias, no exenta de episodios ominosos.