Pekín.

China presentó una protesta formal ante autoridades de Estados Unidos después de que el viernes pasado Donald Trump conversó por teléfono con la presidenta taiwanesa, Tsai Ingwen, convirtiéndose en el primer mandatario electo estadunidense que lo hace en décadas.

Hemos transmitido un mensaje solemne a la parte estadunidense correspondiente. Hay que insistir en que existe una sola China y que Taiwán es parte inalienable de nuestro territorio, afirmó el ministerio chino de Relaciones Exteriores en un comunicado.

El planteamiento refleja una clara irritación: Trump violó 40 años de cauta política estadunidense al aceptar hablar por teléfono con la presidenta de Taiwán, quien llamó al magnate para felicitarlo.

Durante la conversación, Trump y Tsai Ingwen mencionaron los estrechos lazos económicos, políticos y de seguridad entre Taiwán y Estados Unidos, indicó el equipo de transición del futuro inquilino de la Casa Blanca. El presidente electo Trump también congratuló a la mandataria Tsai por convertirse en presidenta de Taiwán este año, agregó.

Washington cortó relaciones diplomáticas con la isla en 1979 y reconoce a Pekín como el único gobierno de una China, aunque mantiene amistosos lazos no oficiales con Taiwán.

El sábado por la mañana la cancillería china pareció culpar a Taiwán del incidente.

No es más que una baja maniobra urdida por Taiwán, que sencillamente no puede cambiar el marco de una sola China ya integrado por la comunidad internacional, dijo al canal de Hong Kong Phoenix Tv. No creo que cambie la política adoptada desde hace años por Estados Unidos, añadió.

La Casa Blanca se apresuró a reafirmar su firme compromiso con el principio de una sola China. No hay ningún cambio en nuestra política tradicional, indicó Emily Horne, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.

Poco después de que se dio a conocer la conversación, Trump aclaró en Twitter que fue la presidenta taiwanesa quien lo llamó para felicitarlo.