Sin mensaje por medio, el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa, presionó el interruptor para encender el monumental árbol de Navidad y los mosaicos alusivos a la temporada en la plancha del Zócalo, con lo que dio por inaugurada también la pista de hielo.

Desde antes de las ocho de la noche, la calle de Madero estaba al tope de gente, en particular en el tramo de Isabel la Católica a Bolívar, donde ya no se permitió el paso de más personas. Todos esperaban que la nieve artificial comenzara a caer. Había vendedores que ofrecían por 10 pesos la naricita de Rodolfo el reno.

Mientras los asistentes esperaban el encendido del árbol, el Coro de la Ciudad de México ensayó algunas canciones y como preámbulo, a las 19:48 horas, se activó el sistema de sonido con la melodía Noche de paz, la cual fue interrumpida para comenzar la cuenta regresiva.

El jefe de Gobierno presionó el botón que encendió primero un gran farol, justo en la entrada a la plaza por avenida 20 de Noviembre y sucesivamente se fueron prendiendo los mosaicos instalados en las fachadas de los edificios gubernamentales, así como de la Asamblea Legislativa y plaza Seminario, a un costado de la Catedral.

La iluminación arrancó expresiones de asombro entre la gente. En tanto, en la pista de hielo alrededor de medio centenar de niños comenzaban a patinar, algunos montados en focas de plástico, apoyados por jóvenes del Instituto de la Juventud y de Participación Ciudadana de la Secretaría de Desarrollo Social.

Mancera Espinosa observó desde la orilla de la pista, rodeado de algunos colaboradores, y dijo que se espera la visita de hasta un millón de personas.

Adelantó que en Navidad se ofrecerá nuevamente una cena a personas de grupos vulnerables con lomo adobado, pierna, espagueti, pozole vegetariano y postre.