¿Qué pasó esa vez con Meche?, es la pregunta que inquieta en todo momento a cuatro borrachos que se hacen llamar entre sí Los Inconquistables, los cuales noche a noche se reúnen en una cantina en Piura, Perú, cerveza en mano, a jugar a los dados y a elucubrar sobre el destino de una hermosa joven que desapareció después de que uno de ellos la dio en prenda a la dueña del bar, La Chunga, para pagar una deuda.

Meche se llama el personaje del montaje que representa sólo una mujer de las miles de desaparecidas en América Latina, de acuerdo con Antonio Castro, el director de la puesta en escena estrenada la noche del jueves pasado en el teatro Orientación, del Centro Cultural del Bosque

La Chunga es una obra de teatro escrita en 1986 por Mario Vargas Llosa, inspirada en su novela La casa verde. La acción está situada en 1945, en el viejo bar que maneja La Chunga. Josefino pierde una gran cantidad de dinero y ofrece a La Chunga en prenda a su acompañante, una ingenua muchacha. Ambas suben a una habitación y nunca más se sabe de la joven.

El mundo experimenta una explosión de las redes que roban, compran y esclavizan a niñas y mujeres. Las mismas fuerzas que en teoría habrían de erradicar la esclavitud, la han potenciado a una escala sin precedentes, afirmó Antonio Castro, quien dirige a un gran elenco: Dolores Heredia, Roberto Sosa, Jorge Zárate, Alfonso Cárcamo, Édgar Parra y Estephany Hernández.

Caleidoscopio de historias

Entre cavilaciones etílicas, misterio e imaginación, cada uno de los cuatro amigos y La Chunga (encarnada por Dolores Heredia) aventuran una versión del destino de la manceba, con lo que se va conformando un caleidoscopio de historias que urde lo que pudo ser y lo que quizá jamás sucedió.

Posiblemente, La Meche se convirtió en amante de La Chunga; quizás esta última se compadeció de ella y la ayudó a escapar; pudo ser que la mozuela fue asesinada por su novio-futuro padrote Josefino, (interpretado por Roberto Sosa) y echada al río en pedacitos.

La obra trágicamente, está más vigente que nunca, afirmó Antonio Castro, porque, pese de haber sido escrita hace tres décadas, hoy funge como un puente que existe entre la fábula del escritor peruano y la realidad contemporánea.

“Los grupos criminales dedicados a la trata de personas han crecido y se han fortalecido. La Chunga es un vehículo para hablar de esto desde otra óptica. Nos hemos acostumbrado a ver las estadísticas en los periódicos, pero la obra pretende ser una radiografía emocional de lo que hay detrás de un caso como los que ocurren con tanta frecuencia”, finalizó el director.

En tiempos de violencia y feminicidios, interpretar a La Chunga, la dueña de la taberna, es un paquetote, ya que es muy necesario hablar del tema y no sacarle la vuelta, de acuerdo con la actriz y directora de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, Dolores Heredia.

La historia de Vargas Llosa aborda el sórdido mundo en el que apenas rascas un poquito y cae la costra, según el director. Aquel mismo mundo que ocupa las planas de los periódicos latinoamericanos a diario, en las que se lee sobre feminicidios, desaparecidas, prostitución, abuso infantil y violencia de género. Sin embargo, en la realidad del machismo incapacitante es posible atisbar una pequeña posibilidad, una esperanza, en palabras del director.

La Chunga es parte del homenaje de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara a Vargas Llosa en sus 80 años.

El montaje tendrá una corta pero sustancial temporada en el teatro Orientación, del Centro Cultural del Bosque, del 2 al 18 de diciembre (sábado 19 horas) y del 19 de enero al 5 de febrero de 2017 (jueves y viernes 20 horas) (sábados 18 y 20) y domingo, 18 horas).