Guadalajara, Jal.

El subcontinente de la épica del sufrimiento pareció ser la síntesis, que no conclusión, del debate entre Nélida Piñón, Laura Restrepo, Alonso Cueto y Alberto Barrera para dilucidar: ¿qué rayos es América Latina?

Cada quien puede discutir a qué país pertenecemos, pero América Latina es una realidad contumaz, violenta, tiene fronteras propias y, aunque somos muy diferentes entre nosotros, también hay elementos muy similares, que nos conectan; uno es la la maravillosa fabulación que tenemos, un patrimonio extraordinario, dijo la brasileña Piñón.

La escritora, quien en 1995 ganó el Premio Juan Rulfo (hoy FIL en Lenguas Romancea), indicó que en la región todos buscamos la complicidad en el otro para que a final de cuentas no olvidemos quiénes somos.

América Latina es un lugar donde la vida y la muerte se entreveran, señaló Restrepo, quien consideró que esto se nota en los colombianos, en los que se arraiga la lección de Pablo Escobar: la muerte se vuelve mejor que la vida y la épica se redujo a matar para hacerse visibles.

Añadió que el boom latinoamericano surgió de la caja de resonancia que fue la revolución cubana y que ahora, ante la muerte de Fidel Castro y la llegada de Donald Trump, otra vez el subcontinente, con sus nuevos y grandes escritores, tiene oportunidad de mostrar la riqueza cultural latinoamericana.

El peruano Alonso Cueto dijo que nos hacemos esa pregunta porque tenemos las identidades entremezcladas.

Y el cubano Barrera dijo que un rasgo de esa épica del sufrimiento da la garantía de que América Latina es un lugar para sentir, donde existe una relación con la sentimentalidad e incluso con la cursilería que a veces nos avergüenza, pero hay que rescatarla.