El antiguo lago es una zona altamente sísmica y que fácilmente se inunda
Critican que autoridades coloquen el interés de hacer negocios por encima de una planeación adecuada
Aumenta el hostigamiento y los despojos a quienes se oponen al proyecto oficial
Martes 29 de noviembre de 2016, p. 3
El nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México no debe construirse en los terrenos del antiguo Lago de Texcoco, porque se trata de una zona con una depresión tectónica, además de que 90 por ciento del suelo es arcilloso y se puede hundir por desecación, es una zona altamente sísmica y con grandes cargas y descargas de agua pluvial; además, secar o entubar todas las corrientes de agua para mandarlas al lago Nabor Carrillo sería un ecocidio.
Así concluyeron académicos universitarios y organizaciones civiles, quienes participaron recientemente en un foro sobre la inviabilidad de ese proyecto. Ayer, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se presentó la declaratoria del foro académico En defensa de la vida y el patrimonio del Lago de Texcoco.
En el documento se dio a conocer que investigaciones recientes definen el hundimiento anual de la zona en 30 centímetros, es decir, tres metros en diez años, y corroboran su vulnerabilidad, pues el riesgo de inundación es real
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Denunciaron que pese a la promesa del titular del Ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto, de que no se afectaría a los habitantes de la región, ha sucedido todo lo contrario y se han dado amenazas, se han baleado algunas casas, se ha hostigado, perseguido y despojado de tierras a quienes se oponen al proyecto. Además, por la explotación de los terrenos y la extracción de material de los cerros sagrados
se han causado problemas de salud, de medio ambiente y de tierras.
El nuevo aeropuerto no tiene que ver con planeación estratégica, técnica ni tecnológica, sino sólo con el interés del negocio
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Integrantes del Frente Amplio No Partidista en contra del Nuevo Aeropuerto y otros Megaproyectos en la Cuenca del Valle de México señalaron también que en un acto ilegal
el gobierno federal hizo pasar como consulta pública una reunión informativa realizada en 2014 en Ecatepec para aprobar la manifestación de impacto ambiental (MIA). En esa ocasión, de 21 participaciones, 18 se manifestaron contra la nueva terminal aérea
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Con esto, agregaron, se desechó la MIA hecha en 2001 por el Programa Universitario de Medio Ambiente de la UNAM, que determinaba que el proyecto no es viable
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Señalaron que se han visto afectados pobladores de muchos de los municipios de la cuenca, que incluye parte de Hidalgo, estado de México, Puebla, Tlaxcala y la Ciudad de México.
Hoy, la nivelación del terreno para los caminos y las pistas, así como la construcción de la barda perimetral del nuevo aeropuerto, ya provocan la explotación de minas, la construcción de gigantescos basureros, incineradores, gasoductos, infraestructura carretera no requerida, asentamientos irregulares, centros comerciales, desaparición de espacios públicos y comercio local, despojo de tierras de cultivo y de uso común, cambio de uso de suelo de forestal a agrícola y de éste a urbano
, entre otras anomalías.