En México existe la necesidad de trazar un nuevo curso de desarrollo, que sea incluyente, favorezca la reconstrucción del mercado interno y erradique la pobreza y la desigualdad; de lo contrario se enfrentarán severas complicaciones en los tiempos por venir.

Los académicos del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) Rolando Cordera Campos y Mario Luis Fuentes Alcalá presentaron ayer el informe de esa instancia universitaria en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, donde advirtieron que la dependencia de la economía mexicana en el mercado petrolero y los equilibrios del comercio exterior, hoy en riesgo, pueden generar una crisis para el país. No necesitamos a Donald Trump para ponernos a rezar.

Cordera Campos, profesor emérito de la Facultad de Economía, aseveró que frente a las tendencias horrorosas de la resurrección autoritaria, es necesario que México avance en la construcción de un Estado de bienestar y un proceso en el que se administre muy bien la redistribución social como condición para sobrevivir.

Si es posible, prosperar en el mundo turbulento que se está gestando y cuyas oleadas nos van a llegar entre los primeros, porque el epicentro de la crisis, aunque también de la transformación, está aquí al lado (Estados Unidos), y lo que no podemos mover es la geografía. La enorme tontería de Trump, que cree que puede modificar la geografía con un muro, da cuenta de su tontería, pero también del peligro que podemos enfrentar, sostuvo.

El coordinador del PUED enfatizó que recuperar y actualizar la idea del desarrollo es una necesidad nacional, sin la cual la permanencia del Estado mexicano estará cada vez más en cuestión.

Aseveró que una nueva definición del desarrollo puede convertirse en el gran articulador de un esfuerzo colectivo, social, pero traducible en esfuerzo político que refuerce, amplíe y fortalezca las bases de la democracia política que logramos instaurar en el país a finales del siglo XX. Sin desarrollo económico y social, la democracia será siempre muy frágil y enfrentará enormes obstáculos para asegurar su reproducción como forma de vida y no sólo como ejercicio técnico-electoral.

Fuentes Alcalá indicó que uno de los temas a resolver es la pobreza, que pese a diversos programas para combatirla sigue siendo la misma que en la década de los 90, pues la economía no crece, no genera ingresos, devalúa salarios y estanca el desarrollo social.

La pobreza, dijo, tiene rostro infantil e indígena: seis de cada diez niños en el país y ocho de cada diez menores indígenas la viven. Ante ello, destacó la necesidad de construir un nuevo curso de desarrollo incluyente.