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Científicos del INAH y del IPN analizaron muestras del cereal de más de 5 mil años

La domesticación del maíz dio lugar a las culturas prehispánicas

La población mesoamericana de aquel entonces realizó el proceso de mejoramiento genético de la planta mediante técnicas de auto-polinización, explicaron los autores del estudio

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La investigación confirmó que la cuna del maíz es México. La imagen, en el pueblo de San Nicolás Totolapan, paraje Chichicaspatl, delegación Magdalena Contreras, CDMXFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de noviembre de 2016, p. 2

Un grupo de científicos de los institutos Nacional de Antropología e Historia y Politécnico Nacional analizó muestras de maíz con más de 5 mil años de antigüedad y confirmó que este cereal fue domesticado y mejorado por la humanidad e hizo posible el surgimiento de las civilizaciones prehispánicas mesoamericanas.

En rueda de prensa, el investigador Jean-Phillipe Vielle-Calzada explicó que en 2012 los especialistas responsables de este proyecto exploraron la cueva de San Marcos –ubicada en Tehuacán, Puebla– y obtuvieron tres fragmentos de olote de menos de 20 miligramos, con una edad aproximada de entre 5 mil 100 y 5 mil 300 años.

Al no haber sido manipuladas nunca, luego de las primeras exploraciones en la cueva hace 50 años, las muestras resultaron idóneas para su análisis en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Poli mediante tecnologías de secuenciación masiva.

El principal hallazgo de dicho proyecto fue que hace 5 mil años el maíz no estaba completamente domesticado, lo que sugiere que la población de aquel entonces concluyó el proceso de mejoramiento genético de la planta mediante técnicas de auto-polinización. Se confirma que la cuna del maíz es México, definió Vielle-Calzada.

Cruce de semillas

A partir del teocintle, hace unos 9 mil años surgieron las primeras plantas de maíz en la zona del río Balsas. En ese momento dio inicio un largo proceso de cruce de semillas hasta obtener variantes útiles para el consumo humano.

Además de confirmar el origen del maíz en las muestras analizadas, destacó el especialista, se hallaron genes resistentes a plagas que durante el proceso evolutivo del maíz fueron eliminados, pero que hoy podrían reintroducirse con métodos tradicionales para volverlos a aprovechar, sin necesidad de recurrir a transgénicos, y de esta forma combatir los efectos del cambio climático.

Por otra parte, las investigaciones señalaron que el maíz fue uno de los elementos que hicieron posible sustentar la dieta y, por tanto, la existencia de numerosos grupos humanos en la zona.

Tener estos maíces es un parteaguas porque fueron ellos los que empezaron a sustentar a estas culturas (precolombinas); fueron parte esencial de la tecnología agrícola por la cantidad de nutrientes que aportaban y por la posibilidad de tener alimento todo el año, subrayó el biólogo Miguel Vallebueno.

El arqueólogo Ángel García Cook, uno de los expertos que realizó hace medio siglo las primeras exploraciones a las cuevas de Tehuacán, destacó la importancia de confirmar que el maíz, tal y como lo conocemos hoy, es un producto creado por el género humano.

Los resultados de la investigación fueron publicados esta semana en la revista especializada Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, y sugieren que la mencionada evolución del maíz ocurrió a partir de pequeñas poblaciones aisladas que más tarde fueron mezcladas.

México, destacaron los científicos, tiene la mayor diversidad de germoplasma de maíz nativo, con alrededor de 59 razas autóctonas que mantienen más diversidad de nucleótidos y menos diferenciación genética de sus antepasados, a diferencia de otras especies de cultivo como el arroz y el trigo.