Con la aprobación de la reforma educativa en México deberán presentar la evaluación del desempeño docente un millón 475 mil 456 maestros de educación básica y media superior, pero hasta la fecha sólo han acudido 106 mil 723 de prescolar, primaria y secundaria, de los cuales 3 mil son directores.

A ellos se suman 27 mil 547 profesores de bachillerato, mientras otros 45 mil de ambos niveles educativos –básica y bachillerato– fueron convocados este año. Es decir, faltan por evaluar poco más de 1.2 millones de educadores en todo el país.

Un análisis del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) destaca que para 2017 se presentarán sólo aquellos profesores que laboren en escuelas con plantilla completa.

Y será en 2018 –en el último año de la presente administración federal– cuando se integren gradualmente los sectores de mayor rezago educativo como los prescolares y primarias indígenas, los prescolares, primarias y secundarias multigrado y las telesecundarias, así como el bachillerato intercultural y la modalidad a distancia.

El organismo autónomo destaca que desde el anuncio, en agosto pasado, del replanteamiento del modelo de evaluación de desempeño docente han surgido numerosas dudas acerca de su puesta en marcha, tanto entre quienes presentaron la evaluación en 2015, como entre quienes aún no lo han hecho.

La causa de la reformulación del esquema, en qué consiste, sus consecuencias y lo que ocurrirá en el proceso que se realiza desde el pasado 5 de noviembre, son los principales cuestionamientos detectados por el INEE en redes sociales.

Al respecto, detalló que el principal propósito para la modificación de la evaluación del desempeño no sólo es la revisión a fondo de lo que falló y recuperar lo que funcionó, sino subrayar el carácter formativo de la evaluación para convertirse en un factor que realmente contribuya a mejorar la práctica docente y el aprendizaje de los alumnos.

Sin embargo, reconoce que pese a las mejoras en aspectos operativos y logísticos para la evaluación del desempeño de los profesores que cumplieron su segundo año en el Servicio Profesional Docente en 2016, el proceso de examinación aún enfrenta desafíos, en particular porque se mantiene baja la satisfacción que reportan sobre la extensión, la redacción, la precisión de las preguntas y los casos, así como la cantidad de preguntas.

En cuanto a las principales modificaciones entre el modelo de evaluación 2015 y el que se aplicará en 2017, está la reducción de cuatro a tres etapas de examinación, así como la posibilidad de acceder a cursos de capacitación antes de presentar la evaluación, mientras se realiza la misma –ya que no todas las fases se realizan con cuestionarios o pruebas estandarizadas– y al concluir el proceso.

Nombramientos en juego

Advierte que la modificación en los mecanismos de la evaluación no suspende las medidas que se aplicarán a los docentes que no se presenten, no se capaciten o que después de permanecer dos años frente a grupo obtengan resultados insuficientes –si ingresaron al servicio después de la entrada en vigor de la reforma educativa–, pues perderán su nombramiento de maestros.