Culmina el tercer Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura Infantil y Juvenil
Más de 80 ponentes
Viernes 18 de noviembre de 2016, p. 4
Con el título El derecho a la literatura en un mundo cambiante, el pasado martes comenzó el tercer Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura Infantil y Juvenil (Cilelij) en México, el cual reunió durante tres días –en el Centro Cultural del Bosque– a más de 80 conferencistas de 16 países y unos 800 participantes, quienes dialogaron y reflexionaron sobre tres ejes temáticos: lo testimonial, lo fantástico y lo simbólico en la literatura infantil y juvenil.
Organizado por la Fundación SM y la Secretaría de Cultura federal, el encuentro, único en su género, se inscribe en la edición 36 de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (Filij), con sede en el Parque Bicentenario. El Cilelij se realiza cada tres años.
Valor del trabajo de ilustración
De acuerdo con Javier Palop, director de la Fundación SM, de España, sello editorial que tiene las colecciones Barco de Vapor y Gran Angular, hace apenas 40 años no se hablaba de literatura infantil y juvenil, creada por escritores dedicados en particular a ese género, así como de los ilustradores. Se hablaba de literatura adaptada para niños y jóvenes, con un lenguaje más sencillo
.
Con los años, dijo Palop, “las historias para niños y jóvenes, antes, tenían más que ver con lo fantástico, hoy descubrimos que si bien eso sigue atrayéndolos, también los niños valoran las historias que tienen que ver con sus pensamientos, sentimientos, preocupaciones personales, con la vida interior que ellos viven.
También se encuentran las historias reales que hablan de la violencia, el acoso escolar o la relación con los adultos, historias que gustan y encuentran un espacio.
Igual de importante es el trabajo de ilustración de todas esas historias; poder narrar historias con imágenes, labor en la que cada vez más se involucran los creadores.
Las actividades se concluyen este viernes en el Centro Cultural del Bosque.
Hace 30 años los libros infantiles sólo incluían hadas, princesas y brujas
Fabiola Palapa Quijas
Para el escritor Juan Villoro, quien ofreció la conferencia magistral La isla del testimonio en el tercer Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura Infantil y Juvenil (Cilelij), la manera en que convivimos con el mundo está relacionada con el testimonio, con lo real.
El narrador indicó que el testimonio ha sido la voz esencial que permitió entender que la literatura infantil estaría asociada para siempre con el recuento verídico de los hechos, y que la mayoría de los asombros que recibimos son extrañamente cotidianos.
También se realizó un panel de discusión en torno a lo testimonial en la literatura infantil y juvenil, en la que participaron los escritores Francisco Hinojosa (México), Andrea Ferrari (Argentina) y Eliacer Cansino (España), quienes reflexionaron sobre la memoria, la vivencia, la experiencia y la recreación de la realidad.
Un mundo abierto
Respecto de los libros para niños y jóvenes que abordan las dictaduras, el maltrato, la migración, las guerras, la violencia, el acoso y los conflictos familiares, Cansino precisó que en la literatura no hay nada necesario ni innecesario, pues aquélla es un mundo abierto en el que no hay obligaciones para el escritor ni para el lector.
Francisco Hinojosa comentó que toda la literatura tiene algo de testimonial y a manera de ejemplo mencionó El diario de Ana Frank y los libros de Svetlana Aleksiévich, galardonada con el Nobel de Literatura 2015, donde lo testimonial está más ligado al periodismo.
Indicó que hace tres décadas era imposible encontrar libros para niños que no incluyeran en sus historias castillos, hadas, princesas, brujas.
Los contenidos duros aparecieron poco a poco, en especial los que lastiman a nuestros pueblos como el secuestro, la discriminación, la migración, la depresión, la anorexia, enfermedades terminales y la diversidad sexual.