La llamada reforma educativa, considerada por el presidente Enrique Peña Nieto la más importante de su sexenio, no es otra cosa que la imposición privatizadora de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para eliminar la enseñanza laica y obligatoria, advirtió el coordinador del PT, Manuel Bartlett.

Durante la presentación de su libro El fraude de la reforma educativa, sostuvo que se trata de una modificación constitucional que atenta contra la esencia de la nación mexicana, que es la educación pública.

El libro, realizado conjuntamente con el especialista en educación Luis G. Benavides, director general del Centro Internacional de Prospectiva y Altos Estudios, tiene la finalidad de fomentar la discusión de esa reforma, aprobada en 2013 por la prostitución del Poder Legislativo, que no consultó a escala nacional una modificación de esa magnitud ni tomó en cuenta la opinión de los maestros.

Durante el acto, realizado en el Senado, Benavides aseveró que además de privatizadora, la reforma borró por completo el pacto federal, al tomar decisiones desde la capital. Desde el centro dicen a quiénes hay que expulsar.

Agregó que la dicha reforma fue impuesta con tres elementos: el engaño, ya que Peña Nieto nunca informó a los ciudadanos de su contenido real; la fuerza, porque ante las manifestaciones, el gobierno respondió con el Ejército y la fuerza pública, y la desinformación, impulsada por el monopolio mediático”.

A su vez, Manuel Pérez Rocha, ex rector de la Universidad de la Ciudad de México y presentador invitado, dijo que la Secretaría de Educación no está en la calle República de Argentina, sino en avenida Chapultepec, en Televisa.