Martes 15 de noviembre de 2016, p. 8
Las autoridades mexicanas deben actuar para evitar que la llegada masiva de migrantes haitianos y africanos a su frontera norte se agrave y tenga complicaciones a escala internacional. Además, se debe modificar la atención asistencial (albergues, comida y la observación médica) por apoyo para buscarles vivienda y trabajo, aseguraron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante la conferencia El riesgo de una crisis humanitaria: refugiados haitianos en el norte de México, Cecilia Imaz Bayona, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS), aseveró que México está obligado a tener una actitud incluyente, sobre todo por la posición de nuestro gobierno ante la Asamblea de las Naciones Unidas, de atención a los migrantes, en referencia a la población mexicana en Estados Unidos, pero también a la de tránsito.
En al auditorio Pablo González Casanova, de la FCPS, indicó que en años recientes algunos sectores del país se han abierto a la idea de ver a la migración no como amenaza, sino como oportunidad. Agregó que las personas que llegan desde Haití o África ya quemaron sus cartuchos
, pues se estima que han gastado en el viaje entre 8 mil y 12 mil dólares.
Se debe atender la crisis de asilo, refugio y migración
A escala mundial, opinó, se deben atender las crisis sin precedente de asilo, refugio y migración, porque no sólo se trata de personas en situación desesperada, sino que también alteran el ambiente al que llegan.
Roberto Herrera Carassou, también de la FCPS, indicó que la situación migratoria que se vive en Tijuana, Baja California, bordea los términos de una crisis humana, a pesar de que se puede inscribir como un episodio más de la tragedia migratoria internacional que nos ha tocado vivir en los años recientes en varias partes del mundo.
El factor de atracción que ejerce Estados Unidos sobre esta población sigue siendo uno de los incentivos mayores para que esas crisis se produzcan. Es un problema de supervivencia, de búsqueda de trabajo donde exista.
Enfatizó que no se debe esperar a que esto se convierta en una crisis humana más grave, sino que se deben encontrar respuestas no sólo a este problema coyuntural, sino a los que pudieran venir en el futuro.
Se estima que 120 mil migrantes cruzan la frontera norte de México cada año; sin embargo, el sueño americano es una utopía que no se cumple con facilidad para la mayoría. Hoy, el hecho de que nuestro país ocupe el segundo lugar por ingresos más altos de remesas es un acto heroico
.
Por su parte, Jorge Alberto Tenorio Terrones, de la FCPS, explicó que los migrantes continúan su camino con la meta de llegar a Estados Unidos, pero no les disgustaría quedarse en México
. Por ello, habría que preguntarnos si somos sólo un país de tránsito.