El anuncio del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, respecto a que expulsará de ese país a 2 o 3 millones de migrantes generó reacciones diversas en México. Mientras la dirigencia de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) consideró que el país no está preparado para el retorno de millones de connacionales, la senadora Lorena Marín (PRI) dijo que se deben crear programas para apoyarlos. No podemos darles la espalda.

Por separado, José Narro Céspedes, dirigente de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), coincidió en que el país no está preparado para hacer frente a una ola migratoria forzada. Indicó que de los mexicanos que podrían salir de Estados Unidos, sólo 850 mil están señalados por delincuencia y más de 550 mil por delitos menores.

Significa que señalarlos a todos de delincuentes es una actitud xenofóbica, racista y violatoria de derechos humanos, indicó el dirigente al anunciar un congreso internacional de migrantes a efectuarse en el primer semestre de 2017.

Aparte, el movimiento laical Unión de Voluntades convocó a la jornada de oración en favor de los migrantes, denominada Puentes de amor, paz y misericordia. Se realizará el sábado 19 de noviembre en Playas de Tijuana, Baja California.

El secretario general de la CTM, Carlos Aceves del Olmo, señaló que el retorno masivo de migrantes generaría problemas por la falta de empleos. Sostuvo que al republicano se le olvida que México es su principal socio económico y cada minuto se distribuye un millón de dólares en el comercio bilateral, además de que diariamente cruzan por la frontera de Tijuana más de un millón de mexicanos y estadunidenses. Esto no va a cambiar en cuatro años por decreto.

La senadora Marín comentó que entre 2000 y 2010 el número de migrantes mexicanos que retornaron procedentes de Estados Unidos se triplicó, al pasar de 267 mil a casi 826 mil. Además,en 2013, el número de migrantes mexicanos sumó 131 mil 625, debido a la política de deportaciones y a la contracción económica del vecino país.

Insistió en que es fundamental crear programas para apoyar a los migrantes de retorno y a sus familias, hay que incorporarlos al mercado laboral formal, coadyuvando a su desarrollo personal, familiar y al del país. El 82 por ciento de los que retornan tienen entre 18 y 39 años de edad, por lo que representan una importante fuerza de trabajo.