El boxeo mexicano actual es el reflejo de la situación por la que atraviesa el país. Por ahora ambos están un poco desorientados, aseveró el ex campeón mundial de peso gallo Carlos Zárate.

El Cañas opinó que en la escena pugilística nacional “sí hay materia prima, los boxeadores tienen ganas, pero no pueden ser como los de antes porque el país también está mal; no hay trabajo, no hay una buena economía, los sueldos son muy bajos, los precios andan por las nubes.

México está un poco desviado, perdido, pero esperemos que todo se componga pronto, a ver ahora cómo nos va con (Donald) Trump (presidente electo de Estados Unidos), confiemos en que todo saldrá muy bien.

Zárate añadió que otro factor que influye para que en la actualidad no existan campeones mexicanos es la falta de preparadores bien capacitados.

En esta época no hay buenos entrenadores que guíen a sus discípulos por el buen camino. Los jóvenes necesitan tener mánagers experimentados, pues no sólo es echar porras arriba del ring y gritar, sino deben planear una estrategia, tener disciplina, trabajar en lo táctico, y eso ya no lo hace nadie, señaló.

El ex monarca mundial, de 65 años, presentó este lunes por segunda ocasión su libro autobiográfico Éxito y nocaut, vida y crónica de un campeón, donde recopila sus memorias desde su niñez en el barrio de Tepito, hasta los triunfos que obtuvo sobre el cuadrilátero y los diversos problemas que enfrentó debido a su adicción a las drogas y el alcohol.

Estoy muy orgulloso de haber escrito este libro. Soy como un ave fénix, pues después de tenerlo todo y perderlo, renací de la nada y ahora estoy más vivo que nunca, con muchas ganas de ayudar a la gente que lo necesite, expresó el ex boxeador durante el acto organizado por la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México.

Señaló que este texto me ha dado más satisfacciones que haber ganado un título mundial. Fue difícil reconocer lo que aquí revelé, pero con ayuda de mi familia, sobre todo de mi esposa Nelly, todo fue un poco más sencillo.

Admitió que la vida turbulenta que llevó en sus momentos de gloria se debió en gran parte a que se rodeó “de gente falsa, seudoamigos que me incitaron al vicio, del cual no pude salir fácilmente.

Fueron momentos muy complicados para mí, oscuros, dolorosos y llenos de malas experiencias, pero afortunadamente eso quedó atrás, ahora me considero un hombre nuevo, con un largo camino por delante y en el que estoy dispuesto a apoyar a quienes estén pasando por lo que yo viví.

Finalmente, Zárate recomendó a los pugilistas jóvenes no dejarse llevar por las malas influencias; hay que seguir trabajando. Con esfuerzo y dedicación los triunfos llegan solos. Esta carrera siempre hay que tomarla con seriedad y profesionalismo, no hay que deslumbrarse... porque pueden salir quemados.