Guadalajara, Jal.

Hace 42 años se comenzó a enviar agua termal a la red pública de San Pedro Itzicán, y hace 23 se hizo lo mismo en las comunidades Aguacaliente, Chalpicote, La Zapotera y Santa María de la Joya. Hoy, organismos civiles reportan que hay catástrofe sanitaria y socioambiental por el agua contaminada que se distribuye en dichas localidades del municipio de Poncitlán.

El consumo de agua con metales pesados y coliformes ha contribuido a que haya decenas de muertos, 250 niños con insuficiencia renal en San Pedro Itzicán, 170 en Agua Caliente, cinco en Chalpicote, diez en La Zapotera y ocho en Santa María de la Joya”, afirmó Enrique Lira Coronado, miembro de la organización no gubernamental Foro Socioambiental GDL.

Las diálisis y hemodiálisis son parte de la vida común en esas pequeñas poblaciones situadas al norte de la ribera del lago de Chapala, cuyas autoridades prometieron intervenir para autorizar y construir tres pozos de agua fría que sirvan para el suministro y sustituyan el abastecimiento actual, al que se atribuyen muertes y enfermos.

Por ello pobladores de los cinco pueblos afectados iniciarán este lunes un plantón ante las oficinas de la Comisión Nacional del Agua en Guadalajara, para que se autoricen los tres pozos de agua que sustituirán al suministro termal.

En 2014, la Comisión Estatal del Agua presentó un estudio según el cual, además de metales pesados propios de venas volcánicas (los pueblos están a menos de 50 kilómetros del volcán de Colima), el agua termal que llegaba a los pueblos afectados estaba contaminada con coliformes.

Son muy necesarias las obras y acciones que resuelvan la grave catástrofe de salud y socioambiental que sigue causando muertes y enfermedades renales, pulmonares, cardiacas y estomacales, y tienen a Jalisco en el segundo lugar mundial en enfermedad renal terminal, aseguró Lira Coronado.

Sostuvo que el agua termal tiene elementos químicos, bacteriológicos y metales pesados fuera de norma.