A la sorpresa y preocupación que generó entre dirigentes empresariales de México el triunfo de Donald Trump, siguió un llamado a la calma por la volatilidad en los mercados, y el anuncio de que demandarán al gobierno federal que, a corto plazo, se fortalezca el mercado interno con programas de infraestructura, la atracción de inversión para el sur del país, la creación de una política industrial, y que se fomente el consumo de productos nacionales.

También advirtieron que las autoridades deben ser cuidadosas con los pronósticos de crecimiento económico y con el gasto público, para contar con reservas internacionales suficientes en caso de contingencia.

Como estrategia sectorial, los empresarios sostuvieron que reforzarán el cabildeo y las alianzas con sus homólogos de Estados Unidos para evitar que se vuelvan realidad las amenazas del republicano de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), impedir el Acuerdo de Asociación Transpacífico (ATP) y restringir las exportaciones mexicanas o el flujo de inversiones al país.

Si bien el presidente de Asociación de Bancos de México, Luis Robles Miaja, advirtió que la volatilidad en el tipo de cambio se mantendrá en los próximos meses, sostuvo que el sistema bancario mexicano está sólidamente capitalizado, líquido, y no se encuentra expuesto a situaciones adversas que pudieran derivarse de la volatilidad global generada por los resultados electorales de Estados Unidos, por lo que recomendó mantener la tranquilidad y confianza en las bases macroeconómicas del país.

La volatilidad registrada ayer no fue tan dramática como pudiera haberse esperado o como algunos analistas habían predicho, y aunque el triunfo de Trump generó desconcierto e incertidumbre no afectará al desarrollo económico de México ni a la integración económica de América del Norte, sentenció por la mañana Robles Miaja, quien junto con directores de los bancos que operan en el país se reunió a mediodía y a puerta cerrada con el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, sin que se conociera qué hablaron.

Evidentemente tendremos volatilidad y nerviosismo, pero hay que conservar la calma, coincidió Juan Pablo Castañón, dirigente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), y descartó que haya fuga de divisas o salida de empresas.

Las medidas que se tomen deben estar dirigidas a tranquilizar la fluctuación y frenar la especulación, señaló a su vez Enrique Solana, presidente de la Confederación de Cámaras de Comercio (Concanaco).

Ya no se puede confiar en las encuestas, resumió Fernando Ruiz Huarte, director del Consejo Mexicano de Comercio Exterior (Comce), al manifestar su sorpresa por el triunfo de Trump, y aunque admitió que hay preocupación entre los exportadores por la intención de Trump de revisar el TLCAN, puntualizó que ningún cambio es inmediato y tenemos tiempo de cabildear con sus homólogos estadunidenses para impedirlo.

Castañón insistió que México debe seguir una agenda propia y las autoridades deben ser cuidadosas sobre las expectativas de ingresos presupuestarios y crecimiento económico, así como en el gasto para que se tengan las reservas internacionales suficientes para cualquier contingencia.

El dirigente del CCE y Manuel Herrera, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), destacaron el fortalecimiento del mercado interno. El segundo remarcó que debe impulsarse una nueva política industrial y fomentar el consumo de productos nacionales, al tiempo que descartó una caída de la economía nacional al cierre de 2016.

Frente a la posibilidad de que haya una cambio drástico de la política comercial exterior de Estados Unidos, Castañón aseguró se fortalecerá el cabildeo y alianzas con los empresarios estadunidenses.