Durante la suspensión de labores en la vocacional 5 del Instituto Politécnico Nacional (IPN), que duró casi un mes, las instalaciones resultaron dañadas. Alumnos y profesores de esa casa de estudios reportaron pérdidas materiales, desmantelamiento de computadoras, desaparición de documentos y saqueo de laboratorios.

“En el aula de cómputo se robaron varias piezas, principalmente los discos duros. Un día antes de abandonar la escuela, los paristas dañaron el servidor que conecta todo el instituto con el Sistema de Administración Escolar (Saes).

También sacaron cajas con documentos que demuestran la venta de materias, plazas, certificados, calificaciones, becas y cambios de turnos, entre otras irregularidades administrativas, principalmente en el departamento de gestión escolar, a fin de impedir que se realicen auditorías. Por ello, las autoridades analizan levantar las demandas correspondientes.

El IPN ya había interpuesto denuncias ante la Procuraduría General de la República por motín, despojo y daño al patrimonio federal durante los días que permaneció cerrada la escuela, contra quienes resulten responsables.

El pasado 26 de octubre, el mismo día que integrantes del Colectivo de la Asamblea General Interna (Coagi) entregaron el plantel, el director interino, Ernesto Pineda León, presentó su renuncia, cuya copia tiene La Jornada. En el documento dirigido a Enrique Fernández Fassnacht, director general del IPN, explicó que con el afán de contribuir a la apertura de una salida a la situación que prevalecía en la vocacional 5, ponía su dimisión sobre a mesa.

Pero, además, en el texto manifestó que durante las 14 semanas que estuvo al frente de la vocacional 5 cumplió el pliego petitorio originado en mayo de este año, el cual –aseguró– incluso quedó rebasado, ya que se edificó un laboratorio inédito de biología y red WiFi universal, por mencionar algunos.

El proyecto del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (nombre oficial de las vocacionales) del siglo XXI lo acompañamos respetando la autorganización de la comunidad estudiantil, que optó por conformar el Consejo General de Representantes de manera democrática.

La principal demanda del Coagi para entregar el plantel fue que renunciara el director interino. Según los acuerdos, al día siguiente del reinicio de clases –el 27 de octubre– se instalaría el consejo técnico para elegir a más tardar en un mes a la nueva directiva.

El movimiento estudiantil de 2014 siempre dio la cara, mostraba credenciales y las instalaciones jamás se entregaron con un perjuicio al instituto. Nunca hubo robos. Qué casualidad que ahora que surgió el problema de la vocacional 5, respaldados por personal de apoyo y asistencia a la educación se involucraron personas con el rostro cubierto y se genera robo del equipo de las instalaciones, lamentaron los entrevistados.