Abrirán Dueña de luz, exposición de la artista en la Casa del Virrey de Mendoza
la musa de ébano
La gente necesita zumo, incienso para vivir, y eso es lo que yo le doy con mis cuadros
, ha declarado la autora autodidacta
Asistirá a ese acto organizado por el Grupo Tequio, que encabeza el periodista Carlos Payán
Residente en Tlalpan, la creadora continúa trabajando en su taller
Lunes 7 de noviembre de 2016, p. 8
Una mujer de ébano, Julia López, quien fascinó e inspiró en un momento emblemático del arte mexicano en el siglo XX, se muestra como Dueña de la luz, exposición que el día 12 será inaugurada en la Casa del Virrey de Mendoza, en el centro histórico de Tlalpan.
Sus lienzos con figuras de piel oscura y festivas pinturas con el color de la Costa Chica de Guerrero renacen desde la memoria de la infancia.
La gente necesita zumo, incienso para vivir, y eso es lo que yo le doy con mis cuadros
, ha declarado la artista autodidacta en sus palabras sencillas. El campo, las flores, los niños, los cerros, los perros, los gatos y los árboles han hecho germinar su inspiración.
Casi un centenar de piezas se exhibirán en la antigua finca que recibió al virrey Antonio de Mendoza en su descanso, espacio recuperado por vecinos para defender el patrimonio histórico y difundir el arte.
En los salones del edificio se reúnen retratos de Julia, la musa de ébano
, que le hicieron maestros como Francisco Corzas, Lauro López y Francisco Zúñiga, así como obra de la época temprana de la artista guerrerense y pinturas recientes. Acompañará al visitante una línea del tiempo que guía por las creaciones de evocación del trópico, acompañada por fotografías.
Residente en Tlalpan, la octogenaria pintora continúa trabajando en su taller a unas cuadras del recinto histórico, activa en su labor, y asistirá a este homenaje que le ofrece el Grupo Tequio por sugerencia de la artista Ilse Gradwohl, una de las integrantes del conglomerado de artistas e intelectuales encabezados por el periodista Carlos Payán.
El colorido que caracteriza su recorrido pictórico inunda de luz con las evocaciones de la tierra que la vio nacer y que rememora con el pincel sus años de niña, entre sembradíos de algodón y chile, rodeada de palmares de coco y la frescura del agua de cántaro del río Santa Catarina. Los vestigios han dado luz a mujeres morenas en danzas etéreas, flores de jazmín y tulipán, que se unen a la brisa nocturna del trópico.
Hija de campesinos
Julia López nació en 1936, hija de campesinos. A los 13 años abandonó su natal Ometepec, Guerrero, en busca de otra vida; primero a Acapulco y luego a la Ciudad de México, donde con su mulata figura deslumbró a artistas de la época. Fue Frida Kahlo quien la recomendó para posar de modelo en la Escuela de Pintura y Escultura La Esmeralda y ahí, entre los caballetes, aprendió a pintar de forma autodidacta.
una reivindicación de la realidad, dentro del realismo expresionista en el que se proyectaFoto Flor Garduño
Posando en los estudios de Zúñiga, Carlos Orozco Romero y Raúl Anguiano, comenzó su pasión por la figura, el color, los pinceles y la vida llevada a la tela. Observando, haciendo mandados para los maestros y con la convicción de a mí también me dan ganas de pintar
, que les decía, ha relatado.
Entre amigos como Vlady, el Gallo Gironella y Chucho Reyes, también con el apoyo de los maestros, llegó la primera exhibición y así siguió. Entre 1959 y 2013 ha sido motivo de más de 30 muestras individuales, algunas en San Francisco, Dallas y Nueva York, en Estados Unidos, y en las ciudades de Verona y Milán, Italia.
Cuando se exhibió en Portugal El ángel de Ometepec, se describió su obra como una reivindicación de la realidad, dentro del realismo expresionista en el que se proyecta. Además de la fuerte dosis de poesía, de material onírico con los que construye, eficazmente, toda una serie de imágenes surgidas de sus fantasías y de las formas evanescentes que conforman niños, niñas y mujeres del trópico; en fin, los territorios de la magia y del esplendor del pensamiento sutil
.
Juan Coronel Rivera escribió que Julia es hija de la Escuela Mexicana de Pintura, aunque generacionalmente pertenece al movimiento de la Ruptura. También su obra está arraigada en la pintura modernista, como naife, y la compara con el francés Henri Rousseau.
De origen étnico mestiza, Julia es una combinación de negro africano, indio amuzgo y chileno de América del Sur
, la describe Coronel, curador y crítico de arte.
La inauguración de Julia López: dueña de la luz será al mediodía el sábado 12 en la Casa del Virrey de Mendoza (Juárez 15, esquina Guadalupe Victoria, centro de Tlalpan. La exposición concluirá el 10 de diciembre.