Martes 1º de noviembre de 2016, p. 33
La porcicultura crece 8 por ciento de forma anual y desplegará todo su potencial cuando Estados Unidos reconozca que todo el territorio mexicano está libre de la fiebre porcina clásica, dijo Alejandro Ramírez, director de la Confederación de Porcicultores Mexicanos.
El reconocimiento de Canadá de que el país está libre de esa enfermedad impulsará más proyectos, pero lo que ayudará es que Estados Unidos también lo haga, pues a la fecha sólo acepta que en siete estados no la hay.
El reconocimiento abrirá la posibilidad de movilizar ganado de un estado a otro, lo que ayudará a tener los cortes listos para exportar
, dijo.
En la actualidad los productores exportan 97 mil toneladas de carne porcina, lo que implica 5.6 por ciento de la producción nacional; sin embargo, se importan 750 mil toneladas a precios bajos. Este volumen es prácticamente siete veces más de lo que se vende en el exterior.
Alejandro Ramírez consideró que esa tendencia se revertirá si hay mayor acceso a Estados Unidos, pues el problema de los productores nacionales es que se encuentran con un mercado saturado que impide el crecimiento del hato mexicano.
“Necesitamos enviar cortes que tienen un valor importante en Estados Unidos, como lomo y costilla, pero también abrir otros mercados. Están en ciernes los de Corea, Singapur y Tailandia. Visualizamos otros lugares diferentes a los que ya tenemos saturados.
Protección de granos
México puede ser proveedor, pero necesitamos cambios en política para equilibrar la competencia de productos que entran sin etiqueta y para que el consumidor pueda diferenciar lo nacional de lo importado
, agregó.
Los porcicultores, expuso, necesitan una política de producción de granos (alimento para los cerdos) para dejar de depender de las importaciones; eso no se logrará si se recorta el presupuesto al sector, advirtió.
Refirió que la porcicultura genera 2 millones de empleos y sus inversiones se estiman en 300 millones de dólares; junto con ello lleva a cabo una campaña para incrementar el consumo nacional, que se ubica en 16 kilogramos per cápita, 12 kilos menos en comparación con el de países desarrollados.
Confió en que ante los elevados precios de la carne de res, el consumo de carne de cerdo aumente. El comprador tiene más confianza, aseguró, pues el año pasado se registró un aumento anual de 400 gramos en el consumo.