Semana espectacular de las Chivas
as Chivas del Guadalajara vivieron una semana gloriosa e insuflaron orgullo a su afición en niveles insospechados. Fue una jornada de ensueño en la que humillaron al América a domicilio, para asestarle dos reveses en el año de su centenario. El último dolió más porque le quitó la opción de disputar un título que parecía asequible.
A las Águilas no les queda otra opción que pujar al máximo por el título del Apertura 2016, sólo eso daría un hálito de vida al opaco aniversario. En diciembre irán al Mundial de Clubes, un certamen de gala al que el representante de la Concacaf suele llegar como relleno y víctima propiciatoria; ojalá no sea el caso.
Las iluminadas Chivas pisotearon también los jirones que quedan del Cruz Azul con un triunfo de último minuto. Alan Pulido esta vez sí acertó la pena máxima y despachó a los cementeros de regreso a la capital del país hundidos en la depresión, con más dudas de las que en un rapto de sinceridad externó el viernes el portero Jesús Corona.
Un puñado de jóvenes comandado por Matías Almeyda, y con Carlos Salcido como el hombre de experiencia en la cancha, está rompiendo la Liga Mx. Es como la lucha de David contra Goliat por la danza de millones de dólares invertidos en cada importación por la gran mayoría de los equipos que, pese a ello, están lejos de jugar con el desparpajo del Rebaño.
La síntesis de la impotencia y la frustración amarilla la reflejó el incorregible táctico Ricardo La Volpe, quien no ha sido capaz de implantar el esquema de juego espectacular que todos esperaban. Falto de argumentos, tanto en una discusión sensata como en la cancha, echó culpa al árbitro y retó a golpes a su ex patrón Jorge Vergara.
Viejos resentimientos afloraron en el técnico argentino por la ventaneada sufrida, la vergüenza de verse señalado en un tema de presunto acoso sexual hacia la podóloga del Guadalajara, en mayo de 2014, hecho que además le costó estar sin trabajo un buen rato, hasta que dobló las manos y retiró la demanda por difamación.
El clásico puso valor a la Copa Mx, torneo que nació en medio del desdén general, pero que se vuelve codiciado ante la urgencia y la presión que agobian a muchos equipos, ansiosos de celebrar algo. Las Chivas buscarán otro título copero, mientras los Gallos Blancos, de Grupo Imagen, sin opciones en la liga, se jugarán la piel en esa final.
La vida y el deporte están llenos de altibajos, pero en Cruz Azul ya se habla de una maldición. Chuy Corona lamentó que técnicos de variada mentalidad –pomposamente le llaman ideología o filosofía futbolística– y distintos sistemas de trabajo hayan pasado inútilmente por el banquillo sin poder sacar al equipo del pozo.
La realidad es que fracasó una vez más Billy Álvarez, presidente de La Máquina. En esta ocasión de la mano de su hijo Robin, quien hace un año se aferró a la contratación de Tomás Boy. Esta semana se anunció el retorno al club de Alfredo Álvarez, hermano de Billy. Atrás quedó el encarnizado pleito fraterno y ya se habla de una limpia en la que saldrán jugadores tipo Joao Rojas, que desde hace años nadan de a muertito.
Los Pumas por fin ganaron en condición de visitantes; no había otra opción si querían mantener encendida la vela de la esperanza hacia un nuevo título, pero más sorpresiva resultó la victoria del Morelia, la cual rompió al impresionante Necaxa una racha de nueve partidos sin derrota.
Los Monarcas, ya sin Enrique Ojitos Meza, parecen salir del marasmo, están reaccionando en la lucha por la supervivencia y finalmente abandonaron las catacumbas; ahora el sótano de la tabla de cocientes pertenece al Veracruz, donde la batucada está apagada tras siete reveses consecutivos y Carlos Reinoso no parece el remedio esperado.
Tigres y Monterrey decepcionaron en el clásico regiomontano. Los Rayados eran el equipo obligado para no rezagarse, pero el subcampeón está redondeando un torneo flojo de la mano de Antonio Mohamed. Santos Laguna es otro que arrastra los pies; Alejandro Irarragorri protestó el arbitraje ante el América, pero el mal torneo de los albiverdes ya nadie lo borra.
Los Xolos marchan viento en popa, están enseñorados en la cima y por ello se menciona con insistencia el retorno de Miguel Herrera al Tri, aunque quizá ese sitio sería más apropiado para Matías Almeyda; el Piojo embonaría mejor en el América, donde lo siguen extrañando.