l gobernador del Banco de México (BdeM) considera que el triunfo de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos causaría daño similar a un huracán mayor de categoría 5
. Ello se explicaría porque la economía nacional depende de la entrada de dólares, y ésta disminuiría más, tanto porque caerían las exportaciones, tomando en cuenta que él instrumentaría políticas proteccionistas, y además limitaría las remesas que los connacionales envían al país. El déficit de cuenta corriente de balanza de pagos se incrementaría, se reducirían las reservas internacionales y aumentaría la devaluación del peso. Tal situación evidencia la gran dependencia de la entrada de capitales a la que nos han llevado las políticas económicas predominantes, que han atentado contra el desarrollo industrial y agrícola y han amentado el déficit de comercio exterior. Por su parte la gran entrada de capitales y de deuda externa han aumentado el pago de intereses y de utilidades de éstos, que han aumentado el déficit de cuenta corriente de balanza de pagos. Con menor entrada de dólares, la economía no tendría condiciones ni de mantener el déficit de comercio exterior ni de cubrir el pago de la deuda externa. Ante ello el gobierno responde con menos gasto público y el BdeM incrementa la tasa de interés. Todo ello contrae la actividad económica y las importaciones para ajustar el déficit del sector externo, ante la inviabilidad de financiarlo.
El aumento de la tasa de interés no frenará la devaluación. No va a promover entrada de capitales que contrarresten la caída de las exportaciones, ni frenará la salida de capitales. La tasa de interés en México viene aumentando desde diciembre de 2015 y no ha frenado la devaluación, dado que prosiguen los factores externos operando en contra de la economía y ésta no tiene capacidad para encarar tal situación, y menos lo va a lograr con políticas contraccionistas.
El hecho que BdeM haya aumentado el diferencial de tasas de interés entre nuestro país y EU no le da margen de maniobra en caso de que la Reserva Federal decida este año un incremento
, como señaló Carstens el 30 de septiembre, dado que al seguir las presiones sobre el tipo de cambio, al aumentar la Reserva Federal la tasa de interés, más capital va a salir del país y devaluarán más al peso, lo que obligará nuevamente al BdeM a aumentar el diferencial de las tasas de interés.
Las medidas tomadas por la SHCP y BdeM debilitan más las condiciones productivas internas del país, y fragilizan más a la economía frente al shock externo. No se enfrenta éste contrayendo demanda, sino fortaleciendo la esfera productiva cosa que no hacen, y sus medidas empeoran la problemática económica del país y mantienen las presiones sobre las finanzas públicas y el sector externo, y sobre el tipo de cambio.
Si Donald Trump deporta a los inmigrantes mexicanos indocumentados de su país, ello le ocasionaría un gran problema a México, pues no hay oportunidades de trabajo y de condiciones de vida para ellos, dado que 58 por ciento de la población está en la economía informal y con los recortes presupuestales la economía va al estancamiento, a aumentar el desempleo y la economía informal y a menores salarios y condiciones de vida para la población, lo que aumentaría la inseguridad y el clima de violencia en el país. Cabe señalar que es difícil que Trump lo haga, pues los connacionales hacen el trabajo que los estadunidenses no hacen, y aparte ello aumentaría fuertemente los salarios en tal país, lo que le reduciría más su competitividad, dada la apreciación del dólar.
Gane quien gane en EU la economía mexicana pasará a tener menor entrada de dólares. Ambos candidatos presidenciales han dicho que revisarán el Tratado de Libre Comercio que se tiene con ellos, e impondrán medidas restrictivas a la inmigración. Sólo variará el grado de la instrumentación de dichas medidas. Al disminuir la entrada de dólares se comprometerá en nuestro país el libre movimiento de mercancías y capitales, como el pago del servicio de la deuda externa. El problema es que el gobierno insiste en el libre comercio, y es buen pagador de la deuda, por lo que pasaremos a las mismas políticas que predominaron ante la crisis de la deuda en 1982 que nos llevaron a la década perdida, de inflación y recesión económica. Éste será más severo que en ese entonces, pues hoy la economía tiene menos industria, menos agricultura y no tenemos manejo soberano de política económica para encarar tal situación.
*División de Estudios de Posgrado. Facultad de Economía, UNAM