Coatzacoalcos, Ver.

La Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) advirtió que la migración en Centroamérica ha cambiado de matiz, pues cientos de familias de Guatemala, Honduras y El Salvador son desplazadas por la violencia o perseguidas por grupos criminales.

A este problema, detalló, no se le da la misma atención que a los refugiados de Siria, por lo que se requiere mejorar la infraestructura en México para brindarles ayuda humanitaria mientras logran asilo.

El comisionado Mark Manly informó que en México se recibieron hasta agosto de este año 5 mil solicitudes de asilo de ciudadanos de Honduras, El Salvador y Guatemala.

En comparación con el primer semestre de 2015, el número de refugiados en México creció 348 por ciento. Estas personas no sólo se están quedando en los estados del sur; están avanzando hacia el centro del país, indicó.

Dijo que hace meses el Acnur abrió una oficina de atención a refugiados en Acayucan, Veracruz, donde se encuentra una de las estaciones migratorias del gobierno federal. Las otras están en Tenosique, Tabasco, y Tapachula, Chiapas.

En Coatzacoalcos, agregó, la ONU busca apoyar a la Pastoral de Movilidad Humana a construir un refugio adecuado donde se les pueda dar mejor atención, ya que las actuales instalaciones no pueden seguir operando.

Dio a conocer que el ayuntamiento local ofreció un terreno cerca de las vías del tren, pero al final cedió a las presiones de un reducido grupo de colonos que se opone a instalar una casa del migrante en donde ahora hay un parque cerrado.

El comisionado puntualizó que intervino para que las autoridades de Coatzacoalcos se comprometieran a donar otro terreno para que, con aportaciones voluntarias, se construya un refugio digno para que los migrantes dejen de deambular por las calles.

Volverán a tratar de cruzar a EU, aseguran

Carlos Figueroa Corresponsal

Nuevo Laredo, Tamps.

El temor a ser asesinadas por pandilleros de la Mara Salvatrucha es mayor al riesgo de morir en el río Bravo, aseguran dos madres salvadoreñas quienes, después de viajar entre 20 y 23 días para llegar a esta frontera, fueron rescatadas el pasado miércoles al fracasar en su intento de cruzar a Estados Unidos, acompañadas de sus hijos.

Fátima Arqueta Reyes, de 26 años de edad; su hija Katirin Ramos Arqueta, de siete; Clarivel Cruz Cortés, de 26; su hijo, Yeferson Cruz Cortés, de nueve, y su hermana, Gabriela Cortés Hernández, de 18, casi se ahogaron, pero lograron aferrarse a unas plantas en el Puente Internacional 2. Ahí estuvieron más de media hora.

Las tres mujeres y los dos menores fueron rescatados por brigadistas de Protección Civil, bomberos y elementos de la Patrulla Fronteriza sector Laredo.

“Los de la Mara mataron a mi esposo, lo envenenaron con alcohol. Mi madre está enferma de cáncer de mama. Voy para Virginia; ahí viven mis papás. No puedo estar en mi país porque la Mara me tiene amenazada de muerte. Quieren que les pague dinero y no tengo; por eso mejor me salí con mi familia”, señaló Fátima.

Clarivel quiere llegar a Nueva York para reunirse con uno de sus hermanos. Necesito ayudar a mi mamá, sacar adelante a mi hijo, y en El Salvador esto no es posible, narró la joven.

Clarivel pensó que como no eran profundas las aguas del río Bravo, no tendrían problema para cruzar. Se lo dijo a Fátima y todos se aventuraron, pero la corriente los arrastró.

“No puedo regresar a mi país, allá me van a matar por no pagarle a los maras. Prefiero arriesgarme a nuevamente a cruzar el río Bravo que enfrentar el peligro de morir a manos de los pandilleros”, enfatizó Fátima en medio del llanto.