Recibió la Medalla Filmoteca de la UNAM en el Festival Internacional de Cine de Morelia
Jueves 27 de octubre de 2016, p. a10
Morelia, Mich.
Willem Dafoe llegó con aire de sencillez, con cierto desparpajo, pero cuando empezó a hablar afloró el gran actor que lleva dentro y su presencia colmó la habitación donde representantes de los medios de comunicación lo esperaban, durante su visita al Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).
Hay personajes que al final de la película no sé quienes fueron, nunca los conocí; pero hay otros que se quedan con uno, como los que han sacado algo muy profundo de ti, que disparan tu imaginación
, afirmó.
Willem Dafoe, quien recibió la Medalla Filmoteca de la UNAM, promueve en el FICM su película más reciente, Padre, de la italiana Giada Colagrande, que tuvo su estreno mundial en este certamen.
Sus profundos ojos azules fulguraron cuando se le preguntó cuál ha sido su relación con México: He estado muchas veces, por razones distintas; crecí en Wisconsin, pero este fue el primer país al que me trajeron de niño. Aquí he filmado dos películas y pronto participaré en la tercera, en Real de Catorce... además, en Nueva York y Los Ángeles es imposible no vivir entre mexicanos y no sentirte vinculado a su nación. Me siento feliz y me encanta trabajar aquí. No tengo suficiente conocimiento de la cultura, pero en cuanto aprenda bien, las entrevistas serán en español
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Todo en mi carrera es una sorpresa
Lars von Trier, Martin Scorsese, Abel Ferrara, Sam Raimi, son algunos de los grandes directores con quien ha trabajado, se le preguntó con quién se ha sentido mejor. Dafoe respondió: “Todos son distintos, al igual que todos los proyectos, entonces cada vez tengo que reinventar mi proceso, no hay sorpresas, sino una expectativa clara; cada uno de los directores me ha invitado a hacer diferentes papeles, distintos cada vez y todos los casos han sido sorpresas. Una vez quedé muy sorprendido. Fue cuando trabajé con Werner Herzog; pensé que sería muy meticuloso, pero su dirección principal fue quejarse todo el tiempo de que Udo Kier ¡tenía que ser alemán! Todo en mi carrera es una sorpresa”.
Luego de colocarse en un aparente estado de indefensión y de dar un sorbo a su café, soltó con su poderoso tono de voz: “No estoy en la industria hollywoodense, a veces he querido entrar y no me dejan... Es una broma; sí estoy pero me gusta pensar que no... he hecho unas cien películas En el cine me encantan los actores que desaparecen, y no hablo en el sentido del método, sino en el de la realidad... he hecho un centenar de películas en mi vida y seguramente la mayoría de las personas que me han visto dicen: ‘ese es el de Spiderman’, pero tengo la ilusión de un día aparezca en un cine y que nadie me asocie con otra película. No me interesa mostrar mis habilidades histriónicas, sino ser un actor que cuenta con ellas, pero que no parezca actor. Cuando alguien me invita a hacer una película siempre le digo: ‘pásele, bienvenido’”.
Agregó: “La sensación de actuar es distinta en cada ocasión. Cuando a los actores nos quitan la cámara, el disfraz o el diálogo, el personaje se nos vuelve a meter, porque las entrañas no se salen; a medida que me he hecho mayor el personaje se me queda como incrustado más tiempo. No hay final, nunca se acaba... algunas veces me dicen: ‘le diste en el clavo’ o ‘tu personaje te salió perfecto’. Claro, que no, ¡eso no existe!”, aclaró.
“Me encantan las películas de acción, colgarte por los aires y chocar coches; pero para que mi carrera avance hago cintas pequeñas todo el tiempo, cuando alguien me reconoce en una película le dan click a Apple TV y le salen mis demás trabajos; eso entabla una relación con el auditorio, pero ahí no están las películas pequeñas, así que también busco filmes con recursos, de estudio, que tengan un buen estreno para mantener a ese público que le gusta mi trabajo, aunque también estoy interesado en los largometrajes personales, que no son productos de industria.”
Por su parte, la no menos impactante Giada Colagrande afirmó: “La película llegó en un momento en que acababa de perder a mi padre, y durante los recientes años he estudiado tanatología, he meditado al respecto y la cinta me ha servido para saber cómo relacionarme con la muerte y tener un nuevo despertar, no sólo para el dolor. Hasta hace unos años estaba aterrada por la muerte de mis seres queridos. Cuando empecé a escribir el guión de Padre, la música, la poesía, la literatura, la pintura y todas estas formas de arte, incluso las partes místicas a las que hago referencia en la cinta, llegaron de una manera muy espontánea y me ayudaron en mi proceso personal de enfrentar las pérdidas.”
Agregó: Mi punto de vista respecto de la femineidad en el arte ha cambiado y ha tomado forma. En un principio sentía rechazo por la definición de arte femenino o el arte hecho por mujeres, pero como dice Marina Abramovic (una de las protagonistas de la cinta), el arte no tiene un género
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