Voces de Colores para la Madre Tierra cerró con la participación de Miguel León-Portilla
confraternidad del mundo
Diez países celebraron la primera reunión internacional, organizada por Natalio Hernández
Lunes 24 de octubre de 2016, p. 9
Con la presencia de poetas de 10 países, México incluido, así como la participación del historiador y experto en filosofía náhuatl Miguel León-Portilla culminó este sábado el primer Encuentro Mundial de Poesía de los Pueblos Indígenas: Voces de Colores para la Madre Tierra, que se celebró en el Palacio de Bellas Artes.
En la jornada de clausura del encuentro, cuyo comité organizador estuvo a cargo del poeta Natalio Hernández, los participantes emitieron un mensaje para la confraternidad del mundo
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Expresaron: “La poesía es, para los pueblos indígenas del mundo, la palabra que ilumina e inspira hacia el encuentro de la belleza, hacia la concordia entre los seres humanos, hacia la armonía con la Madre Tierra.
Ante el fracaso del proyecto racionalista, ante la ausencia de los dioses desterrados por la producción en serie y la alienación; ante los grandes desiertos que avanzan en la condición humana y en la Tierra, el ser humano busca el refugio allí donde todavía es posible lo sagrado: la poesía, esa potencia que logra unirnos, en un tiempo maniqueo y truculento, signado por la simulación, el fetichismo de la mercancía, las permanentes amenazas a la vida y devastación de la Tierra.
En el manifiesto de este primer Encuentro Mundial de Poesía de los Pueblos Indígenas: Voces de Colores para la Madre Tierra, los representantes de los pueblos indígenas de Europa, Asia, Oceanía, África y América recordaron que han tejido desde las lenguas nativas la palabra florida, alrededor del gran dolor que origina la intolerancia y la injusticia rumbo a la gran esperanza de un mundo mejor
, por lo que invocaron a la inteligencia rumbo al respeto de “la sacralidad de los territorios del pueblo originario Sami. Elevamos un canto plural de solidaridad con los refugiados sirios en Europa; un clamor por el fin de la guerra en Siria; una plegaria por el entendimiento para el acuerdo definitivo de la paz en Colombia; un canto de respeto a la Madre Tierra para detener el Proyecto Standing Rock que destruye las reservas naturales y los espacios sagrados del pueblo Dakota en Estados Unidos; elevar un coro de ¡basta ya! a las políticas extractivas en los frágiles ecosistemas de Centro y Sudamérica, y a la violación permanente de los derechos humanos en México.
Los portadores de la palabra florida de todos los pueblos del mundo hemos iniciado una travesía indetenible de fortalecimiento de los valores humanos con el fin último de lograr la confraternidad de la humanidad, superando las diferencias culturales, religiosas y políticas de todas las naciones del planeta Tierra.
Finalmente, invitaron a poetas, a artistas y a la comunidad en general, a que se unan en la voluntad común de lograr la metamorfosis de todos los horrores y las heridas, en una voluntad colectiva para construir un mundo donde, por fin, gravite la paz y la participación de todos en el gozo de la existencia, en el gozo de la vida
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En la inauguración del encuentro, el pasado 17 de octubre, el poeta náhuatl Natalio Hernández sostuvo que éste representa la suma de voluntades, sueños y esperanzas frente al poder económico que tiene subyugados y hundidos en la miseria a los pueblos originarios de los cinco continentes
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